Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
“Desde mi infancia me sumergí en la magia de tus maravillosos cuentos. Entonces supe que existía un mundo lleno de fantasías y a la vez, una puerta de evasión para las tantas penas que no debiera sufrir niño alguno en la Tierra”, expresó Maggie Fernández en la carta que dirigió a Hans Christian Andersen en ocasión del aniversario 211 de su natalicio.
A nombre de los escritores de la Sección Infantil de la Uneac (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), Fernández destacó que conoció pasajes de la vida del escritor danés, signados por la miseria, la orfandad, la soledad y la tristeza. “La Ley de Compensación, dijo, te dio el talento para la literatura como una puerta de escape para tu infortunio. Te aferraste a ella y sobre tu corcel de ensueño recorriste el mundo”.
En el emotivo homenaje participaron niños de la escuela María de los Ángeles Landa, que llegaron hasta el Jardín Ecológico Hans Christian Andersen, luego de realizar una peregrinación con punto de partida en la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, frente a la Plaza de Armas. Ya en el pulmón verde de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana colocaron una ofrenda floral ante el busto del mago de la imaginación de todos los tiempos.
Como cierre de la recordación al célebre autor, se desarrolló un juego de participación, donde los pequeños demostraron sus conocimientos.
Hans Christian Andersen (Odense, 2 de abril de 1805 – Copenhague, 4 de agosto de 1875) fue famoso por sus más de 165 cuentos fabulosos para niños, entre ellos El patito feo, La sirenita y La reina de las nieves, que han sido traducidos a más de 80 idiomas.
La maestría y la sencillez expositiva logradas por él en sus textos no sólo contribuyeron a su rápida popularización, sino que consagraron a su autor como uno de los grandes genios de la literatura universal. Dirigidas en principio al público infantil, aunque admiten sin duda la lectura a otros niveles, las narraciones de Andersen se desarrollan en un escenario donde la fantasía forma parte natural de la realidad y las peripecias del mundo se reflejan en historias que, no exentas de un peculiar sentido del humor, tratan de los sentimientos y el espíritu humanos.