El regalo de Michelle Obama a los cubanos
Dos árboles de Magnolia y un banco para sentarse a su sombra, fue el presente de Michelle Obama a los cubanos, en el último día de su estancia en Cuba. Junto a sus dos hijas y su madre, la primera dama dedicó el gesto a este pueblo, “a cambio de su cálida y generosa hospitalidad”, dijo.
Las posturas de los dos árboles vinieron desde Washington junto a la familia presidencial, y están ahora plantados en el jardín de la Biblioteca Rubén Martínez Villena, en La Habana Vieja. El sitio escogido tiene un valor simbólico, pues ese edificio fue la casa del Cónsul estadounidense en la Isla y Oficina de Asuntos Comerciales en la década de 1920. Años más tarde, fungió como embajada de Estados Unidos en Cuba, hasta que se completó la construcción de la sede actual, en 1953.
Palabras de la primera dama Michelle Obama en la donación de un banco y árboles en la Plaza de Armas:
La Habana, Cuba, 22 de marzo de 2016-03-22
Buenos días a todos:
Es un placer y un honor para mí y para mi familia estar aquí con ustedes en este lugar histórico y en este momento histórico para nuestras dos naciones.
Pero antes de comenzar… y mi marido, el Presidente Obama, lo dijo en su discurso de esta mañana… los horribles atentados de hoy en Bélgica, un muy buen aliado y amigo de nuestro país, nos indignan y entristecen profundamente.
Acompañamos con el pensamiento y la oración a todos los heridos y a quienes perdieron a seres queridos… y en este momento llevamos al pueblo entero de Bélgica en el corazón.
Quiero agradecer a todos por asistir hoy a esta ceremonia durante la visita de un Presidente de los Estados Unidos a Cuba y se sumen a esta expresión de esperanza de que este nuevo capítulo en nuestra relación conduzca a una nueva amistad y asociación entre nuestros pueblos, particularmente entre nuestros jóvenes.
Esperamos que los jóvenes en Cuba y en los Estados Unidos crezcan visitando las comunidades de cada uno, estudiando en las universidades de cada uno, y aprendiendo sobre la cultura y la vida de cada uno.
Y esperemos que en la medida en que se conozcan unos a otros, se den cuenta de que aunque tengamos nuestras diferencias, los pueblos de Cuba y de los Estados Unidos tenemos tanto en común: nuestras luchas históricas por la independencia; nuestros compromisos compartidos en el descubrimiento científico; nuestro apasionado amor por el béisbol y nuestra determinación de ayudar a nuestros niños a alcanzar sus esperanzas a través de la educación, porque como una vez escribiera el gran líder cubano José Martí, “los niños son la esperanza del mundo”.
Y en este viaje, tras conocer a algunos de los maravillosos jóvenes de este país, he sentido esa esperanza, y estoy tan agradecida a ellos y a todo el pueblo de Cuba por compartir conmigo y con mi familia la belleza de su cultura, su historia, su música y su comida.
Y ahora, a cambio de su cálida y generosa hospitalidad, desearíamos compartir con todos ustedes algo de la belleza de los Estados Unidos.
Estos árboles que hemos traído hoy aquí son árboles de Magnolia, el mismo tipo de árbol que en estos momentos está en flor en los alrededores de la Casa Blanca, en Washington, y en tantos parques, jardines y casas de los Estados Unidos.
Y en cuanto a este banco, esperamos que sirva como un lugar de descanso tranquilo y como un recuerdo de este momento de nuestra historia para todos aquellos que transiten por esta hermosa plaza, justo al lado de una biblioteca que una vez fue la Embajada de los Estados Unidos, un lugar donde hoy personas de todas las edades asisten para ampliar sus conocimientos y satisfacer su curiosidad por el mundo.
Esperamos que el pueblo de Cuba venga a este lugar, aprecie la belleza de estos árboles y sienta la esperanza y las posibilidades que ellos simbolizan, ya que juntos buscamos construir una nueva relación entre nuestros pueblos y un nuevo mundo para nuestros niños.
Y con ello, es un placer para mí ahora ceder la palabra a Lesbia Méndez Vargas, de la Oficina del Historiador de La Habana, quien aceptará este regalo a nombre del pueblo de Cuba.
Muchas gracias a todos.
Palabras de Lesbia Méndez Vargas, Directora de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador
Su Excelentísima Señora Michelle Obama, Primera Dama de los Estados
Unidos de América,
Distinguidos hijas, madre y otros miembros de su delegación,
Colaboradores de la Oficina del Historiador,
Niñas y niños que nos acompañan,
Es un honor darle la bienvenida a nuestra Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, una de las muchas instituciones culturales creadas en nuestro país para el disfrute y la educación de nuestras niñas, niños, jóvenes y público en general.
Conocemos su trabajo y permítanme decir que compartimos la misma dedicación y preocupaciones por la educación y el bienestar de las nuevas generaciones, así como por la protección de la naturaleza.
En nombre del pueblo y el Gobierno de Cuba, me gustaría sinceramente darle las gracias por el noble gesto de traer este delicado presente que permanecerá en el jardín de nuestra biblioteca pública, con la esperanza de que a la sombra de estos árboles plantados en la histórica Habana, este día sea recordado recuerda como otro momento en el florecimiento de nuestras relaciones.
Gracias señora Obama