Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Quienes andan por estos días por el Centro Histórico de La Habana pueden observar con curiosidad la nueva ceiba que se ha instalado en El Templete, la cual presidirá, a partir de ahora, la ceremonia que cada año se realiza a mediados de noviembre, cuando La Habana cumple años de fundada.
La planta tiene 15 años y sustituye a la anterior, que crecía en ese lugar desde 1960, pero que debió ser retirada en febrero. La causa de ello radicó en el negativo impacto de plagas y un sustrato vegetal de poca calidad, del que se habían alimentado anteriormente otras ocho o nueve ceibas.
El nuevo árbol, que creció en Las Terrazas, Artemisa, fue seleccionado por especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, del grupo de creación artística Ecomundo y de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, entre otras instituciones. Se trata de un ejemplar de ocho metros de altura aproximadamente.
Expertos consultados explican que es “una planta saludable, con el fuste bastante formado y varias raíces tabulares”, todo lo cual asegura su correcto desarrollo.
Para realizar el moteo de la ceiba, se trabajó “durante todo un día, a pico y pala”. El árbol se conservó con sacos de yute y sogas de henequén y se adoptaron precauciones para su traslado, lo cual condujo a la fabricación de una especie de estructura de madera.
La nueva ceiba no tendrá dificultades en su crecimiento, pues también se le han agregado cerca de 60 metros cúbicos de tierra fértil, lo cual garantiza que se fortalezca en un ambiente rico en nutrientes. Durante los primeros 60 días se le realizará un regado continuo y se analiza la posibilidad de construir una pasarela a su alrededor, en aras de minimizar los daños por compactación del suelo, como resultado del paso de miles de personas cada año.