Tomado del sitio web Habana Radio
Equipo de redacción de Habana Radio
Foto: Jorge A. Laserna
La tarde lluviosa de este domingo 20 de marzo no impidió que el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, visitara el Centro Histórico habanero donde fue recibido por el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, justo en el sitio fundacional de la otrora Villa de San Cristóbal: El Templete.
El lugar, venerado por los habaneros y visitado por todos los que se llegan a la Plaza de Armas, figura entre los símbolos más significativos de la ciudad, porque además eterniza la más hermosa de nuestras tradiciones así como la celebración en sus predios, en el siglo XVI, de la primera misa y cabildo.
Foto: Jorge A. Laserna
Frente a la estatua del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, el Dr. Leal se refirió a los orígenes de la ciudad y a la historia de Cuba. Los visitantes pudieron admirar las edificaciones que rodean la emblemática Plaza, entre ellas: el Palacio de los Capitanes Generales, y el Palacio de los Condes de Santovenia.
Foto: Jorge A. Laserna
Posteriormente estuvo también en el Palacio del Segundo Cabo, actual Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, edificado en el siglo XVIII y que en sus inicios funcionó como Administración General de Correos de la Isla de Cuba, convirtiendo a La Habana en el centro para toda la comunicación postal entre Europa y las colonias iberoamericanas.
En dicha institución apreció el lienzo “Desembarco de los Puritanos pasajeros del MayFlower en la Roca de Plymouth”, del pintor belga Gustave Wappers, una de las piezas relacionadas con la historia de los Estados Unidos que atesora en sus fondos la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. La obra pertenece a la colección del Museo de la Ciudad y actualmente se halla expuesta junto a “La llegada de Hernán Cortés a México”, de Francisco Sans Cabot.
“Desembarco de los Puritanos pasajeros del MayFlower en la Roca de Plymouth”, Gustave Wappers (1867)
El cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos y la delegación que lo acompaña, conocieron que “Desembarco de los Puritanos…”, cuadro encargado al artista luego de que este se trasladara a residir en París y realizada en 1867, representa el momento en que los protagonistas, perseguidos por sus creencias religiosas y tras un peligroso viaje en el navío Mayflower, pisan en 1620 las costas de Nueva Inglaterra, lugar en el que hoy se encuentra la ciudad de Plymouth.
Minutos más tarde, la comitiva llegó hasta el portal del Museo de la Ciudad, otrora Palacio de los Capitanes Generales, donde Eusebio Leal, también Director de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de Ciudades Patrimoniales Cubanas, les mostró el retrato de Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos, de la autoría de James R. Lambdin (1863).
Obama frente al retrato de Lincoln. Foto: Chris Erland
El Museo resguarda y exhibe otras piezas relacionadas con pasajes y personalidades de la historia de la nación norteamericana como el lienzo dedicado a Thomas Jordan, que llegó a Cuba en 1869 como parte de la expedición del vapor Perrit, para incorporarse a las que luchas por la independencia de Cuba.
Foto: Chris Erland
De igual forma, la institución conserva el cuadro “Dos vapores en alta mar”, representación de la captura del vapor estadounidense Virginius por la Corbeta española Tornado en 1873, realizado por el estadounidense Franklin Dullin Brisoe y que perteneció a la familia Suárez del Villar Fernández Cavada. Precisamente, posee también varias piezas de Federico Fernández Cavada, el General Candela de la Guerra de los Diez Años de Cuba, quien a su vez fue pintor y participó en la Guerra Civil Norteamericana de 1861 a 1865. Este insigne patriota comenzó la contienda con el grado de capitán y después de participar en la segunda batalla de Bull Run, y otros encuentros menores, ascendió a comandante.
Retrato de Federico Fernández Cavada
Luego de ser despedido por el Historiador de La Habana, el Jefe de Estado se dirigió a la Catedral donde se reunió con el Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de la Arquidiócesis de La Habana, en la Catedral habanera, templo construido entre 1748 y 1777 por los padres jesuitas, quienes tuvieron a bien instalar un colegio de misioneros de los Hijos de San Ignacio, en la otrora Villa de San Cristóbal de La Habana.
Esta edificación es reconocida por su majestuosa fachada, considerada una de las más bellas de los códigos formales del estilo barroco en América, y sirvió de modelo para muchos de los exteriores de las grandes edificaciones coloniales habaneras. Construida en piedra, llama la atención la desigualdad de sus torres y el despliegue cóncavo del lienzo de fachada sobre la plaza que de ella toma nombre.
Además de sus funciones litúrgicas y sus valores arquitectónicos, la Catedral de La Habana atesora valiosas obras de arte, como los óleos pintados por el francés Jean-Baptiste Vermay, los frescos del italiano Giuseppe Perovani, el lienzo de la Virgen de Loreto, bendecida por el obispo Morell de Santa Cruz en 1755, y el de la Virgen de la Purísima Concepción, Patrona de La Catedral.