Por Isachi Fernández
Todas las piezas concursantes en la Bienal La Vasija 2015 se exhiben durante los meses de diciembre y enero en el Centro Hispano- Americano de Cultura como novedad por los 25 años del Museo Nacional de la Cerámica Contemporánea Cubana, institución que bajo la batuta de Alejandro G. Alonso, prestigioso crítico de arte y promotor cultural, organiza el certamen.
Sesenta obras dan fe de un abanico creativo que rebasa el núcleo del encuentro: el recipiente o contenedor como soporte artístico, para inmiscuirse en otras zonas, también escasas de fomento como los azulejos.
El premio Beca de Creación del Consejo Nacional de las Artes Plásticas fue concedido a la obra Fénix, de Gilberto E. Gutiérrez Amat, que, según el jurado, encuentra su fortaleza en su gran sencillez y exitoso acabado.
Aisar Jalil Martínez recibió el ansiado premio Alfredo Sosabravo a través de Conjunto de platos, con lo cual el museo responde a una de sus líneas de trabajo: estimular la incursión en la cerámica, de artistas que no la asumen como vertiente creativa fundamental.
La distinción de la Fundación Igneri recayó en Chip, un conjunto de azulejos de Alejandro Cordovés, por enmarcarse dentro de un estilo muy personal y lograr gran impacto visual, según consta en el acta del jurado, donde se consigna también una mención especial a Pedro Cantero Rodríguez por la obra Las dos mitades del vacío.
Además de Alonso, fungieron como miembros del jurado el arquitecto y ceramista Oscar N. Cepero, y la periodista Estrella Díaz.