Por Isachi Fernández
Una muestra de azulejos sevillanos del estilo Delft hallados durante excavaciones arqueológicas en La Habana Vieja quedó abierta este miércoles y permanecerá durante tres meses en el Castillo de La Real Fuerza.
La exposición es fruto de estudios realizados por el Gabinete y el Museo de Arqueología de La Habana y está articulada por piezas fabricadas a mediados del siglo XVIII, con cinco motivos fundamentales: paisajes, personajes, animales, flores y escenas de cacería.
Antonio Quevedo, director del Castillo de La Real Fuerza y del Museo de Arqueología explicó durante la apertura que a inicios del siglo XVII la porcelana Ming había inundado los mercados europeos y los alfareros holandeses se interesaron por producir este tipo de cerámica, en lo cual influyó
considerablemente la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que introdujo grandes cantidades de porcelana en Europa.
Entre 1630 y 1700, época del mayor esplendor de la cerámica Delft, se alcanzó un menor grosor en las pastas y diseños más delicados, con temáticas holandesas. Estas mejoras, que también se llevaron a los azulejos, se concretaron en piezas de exquisita factura decorativa y gran calidad, precisó el especialista.
Con influencia asiática, los holandeses implantaron una nueva manera de realizar piezas que se conocen por el nombre de Delft, ciudad que durante los siglos XVII y XVIII fuera su principal centro alfarero, añadió.
En Sevilla, sobre todo en el barrio de Triana, expertos artesanos fabricaron azulejos que mantenían la composición holandesa, pero que se distinguían por la estilización de los dibujos a la manera decorativa de la porcelana china —específicamente la conocida como Kraak—, lo cual les da gran movimiento a las figuras.
En sitios arqueológicos habaneros como el palacio del marqués de Casa Calderón, en Oficios 312, el Castillo de San Salvador de La Punta y la casa del capitán Gaspar Rivero Vasconcelos, en Obrapía 172, se hallaron muchos de los azulejos que ahora se muestran.