Tomado del sitio web Tribuna de la Habana
Por Ada Oramas
Fotos: Cortesía de Alfonso Menéndez
Perteneciente al fabuloso volumen Las mil y una noche, Aladino y la lámpara maravillosa, es la nueva propuesta que el Anfiteatro de La Habana pone a disposición del público desde el próximo día 25 de julio y hasta el 27 de diciembre. La dirección artística y general del maestro Alfonso Menéndez confiere talante a un gran musical donde confluyen el baile, canto, actuación y acrobacia.
El argumento queda plasmado en el esplendor creativo que caracteriza las escenificaciones de Alfonso, a lo cual podría añadirse un especial cuidado en la ambientación. El aporte coreográfico, que subraya las características esenciales de los bailes arábigos, persigue la evidente intencionalidad de eliminar los límites entre fantasía y realidad, característica que acerca la obra a espectadores de todas las edades.
Otro logro de la pieza consiste en el contraste que dibuja entre poderosos y desposeídos, parte esencial de una trama que narra las contingencias de Aladino y el cambio de su vida al realizar sus sueños gracias a los poderes del genio de la lámpara.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA ESCENIFICACIÓN
¿Cuáles son sus conceptos estéticos o históricos para el montaje de este espectáculo?
“Aladino y la lámpara maravillosa, podría considerarse una historia de pobreza y riqueza. A partir de un bajo estrato, el héroe logra un primer éxito en la vida, atraviesa luego una crisis en la que parece haberlo perdido todo, hasta que finalmente triunfa sobre la adversidad, gracias a la madurez obtenida tras la experiencia de la crisis.
“El primer éxito del personaje llegó fácilmente, y no estuvo basado en sus propios esfuerzos, sino en la ayuda del genio. La desesperación al perder el palacio y la princesa a manos del mago malvado, lo lleva al clima espiritual que necesitaba para, desarrollando su auténtica fuerza y entereza, restablecer la relación con la amada.
“La historia ha sido adaptada para animados en varias ocasiones, pero posiblemente la versión más reconocida sea la de Walt Disney Pictures: Aladdin (1992), un animado musical ―con canciones compuestas por Alan Menken, Howard Ashman y Tim Rice― que respeta elementos del cuento, aunque el argumento difiere bastante.
“Aladino llegó a Broadway y volvió a deslumbrar con la misma fascinante música que el filme de 1992, ganó un premio Tony y fue nominada en otras cuatro categorías, incluidas las de Mejor Musical y Mejor Partitura Original. Esas son solo algunos de los éxitos relacionados con el cuento, pero hay muchos más.”
ALADINO REPRESETA UN DOBLE DESAFÍO
¿Cómo calificas el estreno de esta obra?
“Llevar a la escena del Anfiteatro del Centro Histórico este musical implica un doble desafío. Elegí Aladino porque es uno de los últimos estrenos de Broadway (marzo del 2013). Alan Menken (el compositor de la banda sonora del animado) fue convocado para que hiciera una partitura nueva. Es aquí cuando el autor le agrega 14 números musicales y complejiza la partitura añadiéndole coros con armonías abiertas y hace del personaje de Genio todo un showman que lo convierte en el protagónico de la puesta en escena.
“Ya no son Aladino y Jazmín los personajes claves, sino el Genio de la lámpara y los compinches de Aladino, los ladrones Backak, Omar y Kassim. Estas figuras, que en el original de Disney son coprotagónicos, en la nueva versión para adultos de Broadway se convierten en el eje central de la trama.
“El Anfiteatro del Centro Histórico a lo largo de estos últimos 15 años, ha venido estrenando cada año un musical diferente, y a su vez, se ha planteado ir complejizando las propuestas. Aladino significaba un verdadero reto, abundan los bailables y musicalmente demanda un alto nivel vocal y danzarío. Es aquí donde radicaba lo subyugante de asumir el desafío.
Comenzamos con Cabaret, El fantasma de la ópera, La Bella y la Bestia, más adelante montamos Cats y después El rey león, ahora Aladino. El propósito siempre consiste en darle a conocer a la población habanera este fascinante mundo del espectáculo musical.
