Por Isachi Fernández
Más de cien personas se sumaron al primer recorrido de la Ruta del café: una cultura desde el paladar, iniciativa que se inserta entre las opciones concebidas por la Oficina del Historiador de La Habana como parte de su programa de verano.
El itinerario comenzó en la Casa de los Árabes porque fue precisamente ese grupo humano el descubridor de las virtudes de la bebida, el iniciador del cultivo del café y su gran divulgador a través de las peregrinaciones a La Meca.
Existen muchas leyendas relativas a los orígenes del café, pero a partir de estudios botánicos se sabe que existían plantaciones en Yemen aproximadamente desde el siglo VI, explicó la guía y museóloga del centro expositivo.
Regiones musulmanas, en donde se prohibía el consumo de alcohol por considerarse contrario a las enseñanzas del Corán, acogieron el café con vehemencia. Se le asumió como afrodisíaco y como remedio contra el sueño, y pasó de ser asociado a algo mágico a devenir el centro de la vida social entre los árabes.
Sin embargo en 1511 en La Meca el emir Khair Bey cuestionó la pertinencia del café a partir del Corán. Luego de varias pesquisas decidió cerrar las cafeterías tras enterarse de que las críticas a su gestión provenían de los bebedores del néctar. Esta decisión provocó rebeliones y tuvo que ser revocada por lo que ya en 1630 las cafeterías en El Cairo sobrepasaban el millar.
Hoy brindar café es un signo de hospitalidad y entre las variedades más famosas se cuentan la coffea arabica y el mocca, nombre este último tomado de la ciudad de Moca, en Yemen.
Los visitantes apreciaron enseres relativos al café y entraron a una jaima tradicional kuwaití, en donde se ilustra la preparación del café beduino, que incluye especias.
Tras terminar su explicación, la guía condujo al grupo a la Perfumería Habana 1791, en cuyos laboratorios se elaboran los productos que luego se expenden. Allí, los especialistas habían preparado una fragancia a base de café y se le demostró a la concurrencia cómo es la fabricación de jabones, en este caso a partir también del grano.
En la Casa de África, en donde concluyó la ruta, se ofrecieron detalles de la ceremonia del café dentro de la cultura etíope, en la cual se vincula al consumo de aperitivos como maní, rositas de maíz e injera (especie de pan que en el centro lleva un guiso de varias carnes).
Tras disfrutar de una exposición asociada al tema y degustar la bebida, los visitantes rodearon al artista Rafael Sánchez, conocido como “el pintor del café”, quien realizó grabados con tinta a base del grano y los obsequió a los participantes.
El venidero martes, 21 de julio, la ruta del café tendrá por sede únicamente al Museo Napoleónico. Las próximas semanas, el recorrido incluirá otras instituciones como el Taller de Papel Artesanal , el Museo de la Ciudad, el Palacio de Lombillo, el Museo Numismático y el Museo de Arte Colonial.