Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Ya se encuentra a la vista del público en la Sala de las banderas del Museo de la Ciudad, en el Centro Histórico de La Habana, el rifle que usara el mayor general Antonio Maceo durante su estancia en Costa Rica y que él obsequiara como regalo de despedida a su amigo, el sueco Ake Sjogren, antes de su regreso a Cuba para incorporarse a la guerra necesaria.
En ceremonia oficial efectuada en el patio del otrora Palacio de los Capitanes Generales, el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, se refirió a cómo llegó a la Isla el fusil Winchester 44, modelo 1873, de repetición, y a todas las gestiones realizadas conforme a las convenciones internacionales y observando estrictamente lo establecido.
Durante su exilio en la República de Costa Rica, entre 1891 y 1895, el Mayor General Antonio Maceo sostuvo una gran amistad con el ingeniero sueco, Ake Sjogren, quien laboraba en las minas de oro, en las cercanías de Nicoya, Costa Rica.
El Dr. Leal comentó acerca de los trámites para hacer llegar la carta de petición del rifle a lady Eva Wilson, nieta de Ake, quien vive en una isla del Reino Unido, y cómo esta le contó que su familia conservó el arma, pero que siempre fue deseo de su padre entregarla al pueblo de Cuba. El fusil fue resguardado en el Museo municipal de Eskilstuna, en Suecia, hasta que la sra. Wilson accedió gentilmente a que aquel objeto, de incalculable valor histórico para la Isla, estuviese en su justo lugar.
Explicó el Historiador de la Ciudad la manera en que se trajo a Cuba la escopeta, considerada hasta ese momento una parte del patrimonio nacional de ese pueblo. Reconoció, además, la extraordinaria generosidad del director del museo sueco, en cuya bodega esta se localizó entre seis mil fusiles, picas, sables, camiones, armas de fuego, banderas y otros accesorios.
“Estoy seguro que este acto sienta un precedente y un ejemplo noble para todos aquellos que, de una forma u otra, quieran contribuir con la restitución de bienes que, luego de la gran dispersión causada por la victoria de la Revolución Cubana, fueron –y este no es el caso– a otras latitudes del mundo”, subrayó.
Agradeció a la Excma. Sra. Elisabeth Eklund, embajadora de Suecia en Cuba, “por el entusiasmo, la alegría y la buena voluntad que desde el primer momento Ud. manifestó para hacer este acto”, y también dio las gracias a todas las instituciones y personas que contribuyeron a que hoy el rifle se exhiba al público en una vitrina del Museo de la Ciudad.
Por su parte, la Sra. Eklund destacó que hoy puede decir que la amistad entre Maceo y Ake “representa para nosotros un símbolo de la amistad que se fortalece entre los pueblos de Cuba y Suecia”. Añadió que el arma perteneció “a uno de los hombres que más se sacrificó por la independencia de Cuba, al Titán de Bronce, alguien a quien podemos recordar por su amor a la Patria” (…). “Es aquí adonde este rifle pertenece, es aquí donde va a ser más apreciado y es aquí donde lo traemos”, concluyó.
En la ceremonia se encontraban Esteban Lazo, presidente del Parlamento cubano; el Comandante José Ramón Balaguer, miembro del secretariado y jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el embajador de México en La Habana, Juan José Bremer, así como senadores y diputados asistentes a la reunión interparlamentaria Cuba-México, otros miembros del cuerpo diplomático acreditado en Cuba, y colaboradores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.