Tomado de Cuba Contemporánea
23 Jun 2015 – 6:40pm
Una mina de oro y salteadores de caminos en la Costa Rica del siglo XIX, un ingeniero sueco, un museo de una pequeña ciudad nórdica y una encumbrada dama viviendo en una isla británica se mezclan en la historia de un rifle que perteneció a Antonio Maceo y en su reciente viaje hacia un museo de La Habana, donde será presentado oficialmente el próximo 26 de junio.
Durante un encuentro con periodistas en su nueva sede de la casa paterna de Francisco de Arango y Parreño, el Historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, contó el martes la forma en que llegó la noticia de la existencia del arma de Maceo a sus oídos, las gestiones que comenzaron de inmediato para su recuperación y su final envío a La Habana.
Se trata de un rifle winchester de 1873 que usó Maceo durante su exilio en Costa Rica (1891-1895), y que el prócer cubano regaló a su amigo el ingeniero sueco Ake Sjögren, quien trabajaba en una mina de oro de la Costa Rica Pacific Gold Mine cerca de Nicoya, una colonia agrícola fundada por el general junto a sus hermanos José y Tomás y otros patriotas cubanos como Flor Crombet.
“¿Por qué en el momento de la salida de Costa Rica, con las dificultades que había para el armamento, para la expedición, Maceo se desprende de un arma temible como esta?… ¿Quién podía dar testimonio? De la mina debían trasladar el oro a un puerto seguro para su salida del país, y hacían falta para ello hombres guapos para evitar que salteadores de caminos se apoderaran de las cargas. ¿Quiénes eran los guapos por excelencia? Los que estaban allí, que habían concluido la guerra de Cuba y obedecían ciegamente a aquel que recibió el encargo de proteger el traslado del oro, quien no fue otro que el propio Maceo. Ni José Luciano Franco ni ningún otro biógrafo citan ese acontecimiento en su historia. El 15 de marzo de 1895, al partir hacia Cuba para incorporarse a la Guerra Necesaria, Maceo dejó a Sjögren su fusil winchester modelo 1873 de repetición como regalo de despedida”, narró Leal.
Muchos años después de esa despedida, “unos amigos de Cuba, Anders Rissing y su hijo Víktor, artistas de la fotografía y contribuyentes siempre del Museo de la Ciudad”, le hablaron al historiador cubano de la existencia del rifle en el museo de una pequeña ciudad sueca, Eskiltsuna, y a partir de ese momento comenzaron las diarias gestiones, correspondencia y llamadas para conseguir traerlo a Cuba.
“Ya sabemos que lo más importante que hasta hoy tenemos de Suecia está en la Casa Natal de Martí, el único retrato para el cual posó Martí, realizado en Nueva York por el pintor Herman Norrman”, dijo Leal, antes de recordar el momento en que recibió una foto del embajador cubano en Suecia “en un maravilloso almacén del museo de Eskiltsuna, guantes puestos, cargando el rifle, con una placa de plata que tiene un pequeño error histórico, pues señala que la muerte de Antonio Maceo ocurrió el 6 de diciembre y no el 7, cosa comprensible en la distancia y el tiempo”.
Según explicó el Historiador de La Habana, la institución solo era depositaria del rifle, propiedad de la familia de Sjögren, de la cual ya no quedaban descendientes en Suecia, solo “Eva Wilson, una encumbrada dama sueca casada y residente en una isla en el Reino Unido”.
“Hasta allá llegó una emisaria nuestra, Juliet Barclay, con una preciosa carta en inglés, pidiéndole a milady más datos. Ella respondió con una hermosa carta diciendo que su padre Gunnar, quien había heredado el rifle de parte de Ake, le había hecho saber que estaría dichoso de que un arma que fue del amigo de su padre, Antonio Maceo, volviera a Cuba, y que ella, como heredera, propietaria y depositaria, no tenía inconveniente en que se hiciera así”.
Con la aceptación del museo y de Lady Wilson, además de permisos especiales de las autoridades de patrimonio y del Ministerio del Interior de Suecia, el winchester 1873 fue finalmente entregado en abril pasado a la embajada de Cuba y luego traído a La Habana. “Invocamos lo que significaría para Cuba la posesión de algo de su patrimonio que era una gota de agua en el inmenso patrimonio del pueblo sueco”, subrayó Leal.
La pieza será entregada oficialmente el viernes 26 de junio durante un acto solemne en la Sala de las Banderas del Museo de la Ciudad, donde se exhiben hoy otras reliquias históricas que también han seguido interesantes caminos hasta llegar allí.
“Por razones comprensibles, muchas cosas de Cuba a lo largo del tiempo se dispersaron por el mundo. Quizás llegó la hora de que la Oficina del Historiador construya una memoria de las largas gestiones, que a veces duraron años, para lograr que una determinada colección o un objeto precioso volviera a Cuba”, dijo Leal, quien recordó la recuperación de los restos y el sepulcro de Emilia Teurbe de Tolón en un cementerio de Madrid y el regreso a Cuba de una de las banderas originales ondeadas en Cárdenas en 1850, conservada por la familia de Juan Manuel Macías, amigo y colaborador del general Narciso López.
“En esto vivimos permanentemente, y son como 15 historias que van a ser contenidas en un libro. Todo va a ser escrito para que se conozca y quede para la posteridad, pues un sentimiento patrio profundo, o un respeto profundo a Cuba, motivó a estas personas, a dar lo que tenían”, dijo en referencia a quienes han entregado a Cuba tan valiosos objetos.
Entre otras noticias, Leal aprovechó para informar que faltan por restaurar solo seis de 182 cuadros del Museo Bacardí de Santiago de Cuba dañados por el huracán Sandy en octubre de 2012, y que este verano el Capitolio de La Habana, actualmente en restauración, recibirá visitas guiadas como parte del ya habitual programa de Rutas y Andares.
Anunció que próximamente serán exhibidos los yesos originales que el escultor italiano Angelo Zanelli realizó para el gran friso interior del Capitolio, que cuentan la historia épica del pueblo cubano, y que él mismo localizó en unas cajas en un almacén del Museo Garibaldino en Roma.
“Hemos luchado por más de un lustro porque Italia los preste por un tiempo limitado, renovable, para que se expongan aquí los yesos de Zanelli”, dijo, y confirmó que acaba de firmarse un acuerdo para hacer posible la exposición.
También relacionado con la restauración del Capitolio, habló de la conclusión de la cripta del mambí desconocido, un sitio poco conocido en el majestuoso edificio habanero.
“Hay algo que casi nadie sabe, y es que debajo de la cúpula, debajo de la gran escultura, y debajo de la estrella, hay una cripta que nunca llegó a concluirse, realizada por el arquitecto Félix Cavarroca, donde debía estar la urna conteniendo las cenizas o los huesos del mambí desconocido, ardiendo ante ella una llama (…) Ese lugar está siendo restaurando completamente, para en su momento cumplir la voluntad de los arquitectos que lo proyectaron, colocar allí al mambí desconocido, arriba la estrella (de oro y platino, conteniendo el famoso diamante del Capitolio, proveniente de la corona del último zar ruso) marcando el kilómetro cero, y más arriba la imagen gloriosa de Cuba”.