El Archivo Histórico y la salvaguarda del patrimonio nacional

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Durante la dictadura de Gerardo Machado (1925-1933), el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring vio destruirse o perderse gran cantidad de papeles de incuestionable importancia para el país. El intelectual soñaba con crear una institución para la salvaguarda del patrimonio. Su trabajo como Historiador de la Ciudad y su amplio prestigio le favorecieron para el nacimiento de la Oficina del Historiador y sus dependencias, dentro de ellas, el Archivo Histórico.

Así, esa institución surgió oficialmente el 11 de junio de 1938 según el decreto # 9 del 3 de agosto de 1937. Se separó del Archivo General del Municipio y pasó a la custodia del Historiador de la Ciudad lo más valioso del patrimonio histórico del Ayuntamiento de La Habana: la colección de sus Actas Capitulares, la de las Actas de la Junta Municipal de La Habana y las de Reales Cédulas Trasuntadas.

Los fondos documentales del Archivo Histórico son los más antiguos y, sin duda, los más valiosos que se conservan en archivos cubanos para la historia de La Habana, de Cuba y América. Por ejemplo, las Actas Capitulares, nos van dando, día a día, una información de primera mano y de valor concreto para la confección de la historia, tienen además la importancia excepcional de habernos llegado íntegras y en condiciones de utilidad práctica.

Roig de Leuchsenring rescató de manos de particulares un gran número de papeles administrativos municipales de extraordinario interés histórico, labor continuada hoy por el Dr. Eusebio Leal Spengler.

La misión del Archivo Histórico de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, como custodio de estos fondos, es conservarlos adecuadamente, mejorar su estado en lo posible, salvarlos de esta manera para la posteridad y facilitar su consulta por los investigadores sin detrimento de las fuentes.

Este empeño ha continuado y hoy se dispone de un pequeño laboratorio de restauración de papel; los locales están climatizados con la temperatura y la humedad adecuadas, y se han tomado, además, una serie de medidas que conforman el plan de conservación preventiva de todas las colecciones y fondos.

La entidad atesora más de 181 mil documentos convenientemente trabajados, teniendo en cuenta su procedencia y orden original y cumpliendo con el propósito de difusión cultural.

La historia del Archivo está indisolublemente ligada a la de la Oficina y en ella también pueden definirse 4 etapas fundamentales: De 1938 hasta 1964; de 1967 a 1980; y las décadas del 80, y del 90 hasta la actualidad. De manera especial, esta última implicó una tenaz lucha por el mantenimiento de la documentación que a la muerte de Roig de Leuchsenring se dispuso trasladar a la Academia de Ciencias. Gracias al tesón del Dr. Leal y el apoyo de personas prestigiosas interesadas en la obra de Roig y su consecución, se conservaron los documentos que generaron la existencia misma del Archivo (las Actas).

Igual suerte no tuvieron otros fondos y colecciones que jamás regresaron.

En la actualidad, los investigadores, previa autorización, pueden consultar los valiosos escritos; las Actas del Ayuntamiento (desde 1550 que comprenden los periodos colonial, republicano y revolucionario), por ejemplo: mapas y planos (s. XVI-XX); grabados (s. XVIII-XIX); postales (s. XIX y XX); colecciones como las de familias ilustres, títulos, árboles genealógicos (s. XVII-XX), y las personalidades de la guerra de independencia y el ejército libertador, entre otros datos.

El Archivo Histórico de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana tiene su sede en el edificio Santo Domingo, en O Reilly entre Mercaderes y San Ignacio, y abre sus puertas de lunes a viernes, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.

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