Por René Fernando Domínguez Rodríguez, estudiante de tercer año de Historia del Arte
Un número de Marvel o de DC Comics parece a primera vista la exposición The Mission, de Rocío García, emplazada en Factoría Habana. Si el espectador no se deja llevar por una primera impresión descubrirá una obra rica y desautomatizada que sirve como pretexto para ahondar en temas referentes al feminismo y al falocentrismo, evitando la tradicional oposición entre uno y otro para lograr una armonía entre dos elementos tan dispares.
Valiéndose de lienzos de diferentes dimensiones Rocío García se nutre del lenguaje pop, especialmente de la figura de Liechtenstein, para establecer una historia referente al rescate de un mutante con aspecto de tritón por una agente secreta. A través de una paleta principalmente oscura refleja el bajo mundo y contextualiza la acción principalmente (y aparentemente) en La Habana, joya festiva y paraíso idílico del crimen antes del triunfo revolucionario.
La obra no necesita complejizar sus formas para suplicar la atención del espectador pues la secuencia narrativa en que se disponen los lienzos y las viñetas de diálogos bastan para sumergir al receptor en un mundo monádico donde las fronteras entre arte y literatura se vuelven difusas. Los parlamentos de los personajes se encuentran sazonados de ese cubaneo que nos identifica y se aleja de todo lenguaje elitista para que el espectador se sienta más cómodo al leer los cuadros.
Lejos de llamarse tritón y rehusando el nombre de sirena se comienza a sospechar cierta necesidad de este personaje (Sireman) por acentuar su hombría. Ello se aprecia en su propio nombre, palabra aguda cuya pronunciación recae en el surfijo –man-. Rocío, conocedora de la importancia que tiene el falo para el varón, refiere a la tradicional construcción de la virilidad a partir del pene (la cual se evidencia también en el agradecimiento del mutante a Zarina (la agente) por devolverle su “hombría”). Por otro lado, a través de audaces metáforas, demuestra la capacidad de la mujer como heroína. Esto se verifica no solo en el hecho de ser una agente (papel usualmente asociado al sujeto masculino) sino en que escapaz de revitalizar la masculinidad de un hombre prescindiendo del sexo.
Esta es una de las tantas lecturas que se le pueden hacer a la exposición. Por ello, sin ánimo de afectar el carácter polisémico de la obra de arte, se brinda al espectador una posible interpretación que suscite su interés y que contribuya a que genere criterios propios y audaces.
The Mission es una de las tres propuestas de Factoría Habana como parte del Programa Colateral a 12 Bienal de La Habana. En el espacio se exhiben también Entropía, de René Francisco Rodríguez, y Deconstrucción del horizonte, de Carlos Montes de Oca.