Tomado del sitio web Habana Radio
Por Ana Lidia García Hernández
Como parte de la XII Bienal de La Habana, el Antiguo Almacén del Tabaco y la Madera en la Avenida del Puerto, acoge una exposición con los resultados creativos del Taller Sudamérica –cátedra de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad Buenos Aires (UBA) – y su Programa S.O.S Ciudades, que involucra un colectivo de universidades de distintos países de la región. Habana Radio conversó con los docentes de la FADU/UBA Marcelo Lenzi (ML) y Julián Peña (JP), quienes también participaron en el XIII Encuentro Internacional sobre Manejo y Gestión de Centros Históricos, como parte del proyecto de cooperación binacional que ha propiciado su aporte en la regeneración de la Bahía de La Habana.
¿Cómo y por qué surge el Programa S.O.S Ciudades?
ML: El programa tiene 12 años de creado. Se inició en un momento en que la situación se tornaba desfavorable en Argentina y era necesario pensar en la región. El objetivo desde el principio ha sido intervenir una ciudad donde se observen aspectos de importancia para el continente. Como parte de la dinámica de trabajo viaja un conjunto de estudiantes y profesores del Taller Sudamérica y de un grupo de universidades de la región asociadas al programa que hoy suman más de 20, que se centra en la producción de proyectos para esa ciudad en acuerdo con el gobierno local. El intercambio se extiende una semana y durante los primeros días se promueven acercamientos a las problemáticas de cada zona a partir del diálogo con las autoridades y los actores territoriales. Luego hay un proceso de elaboración y entrega, y más tarde se exhiben los resultados.
Hemos recorrido ciudades portuarias del borde y del interior de Sudamérica –Colonia, Uruguay (2002); Porto Alegre, Brasil (2003); Valparaíso, Chile (2004); Sao Paulo, Brasil (2005); La Serena, Chile (2007); Paysandú, Uruguay (2008); Areguá, Paraguay (2009); Puerto Suárez, Bolivia (2010); Iquitos, Perú (2011); Manaos, Brasil (2012); Macapá, Brasil (2013; La Habana, Cuba (2014 y 2015). Luego de esta experiencia de comprensión de la matriz continental y de ver todo el interior sudamericano que esta sumamente conectado y anónimo, provocamos una gran hipótesis que está relacionada con la integración de las grandes cuencas hídricas, un sistema que articula el territorio interior. El viaje empezó siendo una navegación por las diferentes cuencas y culminó descubriendo la cuarta, que es el Mar Caribe, en el punto norte de esta travesía desde el sur que hemos hecho.
JP: Si bien S.O.S Ciudades nace de una experiencia académica, ha trascendido ese espacio para entrar en contacto real con las problemáticas de las ciudades que se visitan y dar alternativas de proyectos para esos sitios. Estudiar los escenarios y los desafíos que enfrentan las urbes latinoamericanas en el contexto actual, desde una mirada auténticamente sudamericana es algo innovador. Por otro lado, reunir todo el capital humano y la experiencia de estudiantes de distintas facultades de la región es algo que consideramos muy importante. El hecho de que las universidades públicas o privadas, juntas, piensen desde esta parte del mundo, con los mecanismos nuestros, nos parece una iniciativa superadora y que puede llevar a muy buenos resultados.
¿Cómo fue la experiencia de trabajo en La Habana?
ML: En 2014 hicimos el primer S.O.S en La Habana, con tanto éxito que por primera vez el programa repitió ciudad. De esta forma, realizamos en este año otro taller acá, en función de una relación con la Oficina del Historiador que hoy está consolidada y también gracias a una intervención de la embajadora de Argentina en Cuba, Sra. Juliana Marino, que se ha implicado mucho con el proyecto. A través del apoyo del Fondo Argentino de Cooperación SUR-SUR y Triangular del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Presidencia de la Nación Argentina, también tenemos un programa de cooperación que va a permitir que este año y el siguiente expertos argentinos participen en la rehabilitación de la bahía de La Habana.
Siempre que vamos a un territorio, intentamos hallar los elementos que definen el futuro de ese sitio. En ese sentido la bahía de La Habana no solo a escala de ciudad sino también de país, va a tener una gran importancia. Como siempre sucede, el taller fue muy intenso. En 2014 estuvieron en Cuba 120 estudiantes de toda la región, entre 20 y 25 docentes, y se formaron 10 grupos de trabajo. Como es costumbre se coordinaron charlas con las estructuras del Estado que tienen relación con el tema, para comprender las problemáticas; se hicieron visitas al sitio y una pre-propuesta. Son tan intensas y tan ricas estas jornadas que en ellas normalmente se generan análisis e iniciativas que en la cotidianidad no aparecen. Eso ha sido muy interesante en todos los lugares en los que ha trabajado el programa, pero particularmente en la bahía habanera ha habido aportes significativos a una estrategia diferente de intervenir la ciudad y en eso continuamos trabajando.
¿Cuáles han sido los principales aportes del programa en el caso de La Habana?
ML: El programa siempre es una situación muy breve, casi de disparo y no tiene posibilidad de abarcar demasiado. Hay proyectos que tienen escalas más grandes y otros que son intervenciones muy puntuales, en ese aspecto es muy variado. El valor más importante del taller es identificar los lugares de importancia que de alguna manera puedan servir a las exigencias de las estructuras del Estado. Han sido muy efectivos en esto.
En La Habana se ha pensado en la generación de vinculaciones no solo con el área próxima a la bahía. Hemos trabajado la idea de que este sistema puede tener conexiones transversales que vinculen muchos sectores de la ciudad en proximidad al agua. En esa dirección, fuimos operando todas las complicaciones y barreras urbanísticas que hoy hacen imposible esa relación. Al retirar el puerto al Mariel, es posible la reconversión de todo el sistema industrial portuario y en ese sentido hay muchas operaciones posibles, de mucho valor y muy accesibles de hacer.
Una de las operaciones trabajada estuvo relacionada con la Terminal de Trenes y una re-funcionalización que permitía que toda la parte sur de La Habana Vieja pudiera tener continuidad de salida directa con el agua. Se propuso reconvertir el sistema de carga, situándolo en otro lugar y dejar solo el sistema de pasajeros, para crear un balcón de la ciudad hacia la bahía. En todos los casos el objetivo es visibilizar situaciones de interés, que están formuladas en otros escenarios y que una nueva mirada pueda activarlas desde otra posición. Eso es más que nada el valor de S.O.S, que a partir de una mirada veloz, desprejuiciada, presenta soluciones a conflictos palpables.
JP: El S.O.S intenta resolver la problemática ampliada de la ciudad, en este caso si bien está centrada en el borde de agua y en la bahía, que es el objeto principal de estudio, es un enfoque integral, que contempla los aspectos sociales y de infraestructura; busca dar respuestas a la mayor cantidad de variables que se presentan. De esta forma, puede constatarse que el ejercicio académico se está convirtiendo en una herramienta de gestión que va generando posibilidades reales de intervención.
¿Qué pueden encontrar los espectadores en esta gran maqueta que se expone?
ML: Es una maqueta de Sudamérica y el Caribe sobre la cual se proyecta un mapeo que tiene dos historias dentro. Por un lado, el relato de la construcción de la historia de Sudamérica: la formación geológica, pueblos originarios, situaciones políticas de los países, las circunstancias generadas por una economía bastante compleja y las opciones que entendemos para poder resolverlas. Dentro de esas opciones está toda la operatoria que ha hecho el S.O.S Ciudades, también relatada en el mismo mapeo. Van apareciendo todos los proyectos que hemos realizado en los diferentes escenarios y termina con lo que planteamos para la bahía de La Habana. Es como la narración de todo lo que ha generado la inteligencia regional puesta en función de estos sitios.
Teniendo en cuenta la máxima de la Bienal: Entre la idea y la experiencia, ¿cuánto puede aportar S.O.S Ciudades al proyecto de integración continental?
ML: El continente vive hoy en continua transformación, las formulaciones teóricas están sobrando, hay que accionar y gestionar el territorio. En todos los ámbitos está teniendo más importancia la experiencia. El taller comenzó hace 12 años en una situación donde los vientos neoliberales en los países del sur eran catastróficos. Hubo muchas personas que emigraron a otros lugares por no tener opciones laborales. Por eso, desde el principio, trabajamos en función de la región. En este viaje territorial que hemos hecho la historia nos fue alcanzando y superando. Ahora estamos viendo situaciones que hace diez años no soñábamos ver: la autodeterminación de países, el trabajo complementario, el reconocimiento social de nuestros presidentes; estamos viendo realizado el sueño de Patria grande. Creo que todavía falta que el universo intelectual explique este nuevo escenario y lo pueda proyectar a futuro, estamos en plena experiencia y es necesaria también la sistematización.
La convocatoria de la Bienal ha sido muy interesante porque es tiempo de abandonar los mecanismos de abstracción para ir explicando los resultados de estas gestiones. En la nueva hora que vive el mundo, en esta multipolaridad en la que países como China toman una gran relevancia, Cuba vuelve a estar en un punto estratégico y S.O.S puede contribuir a ampliar su conexión con el orbe.
¿Cómo evaluarían la colaboración con la Oficina del Historiador de La Habana?
ML: Sin dudas una Oficina como la del Historiador no existe en muchos lugares. Las áreas de planeamiento son muy relegadas en el espacio decisorio del territorio. A partir de nuestra experiencia en el interior de Sudamérica, podemos decir que apenas existe control territorial, son sitios muy anónimos. Hemos constatado la enorme potencialidad de las regiones pero también hemos visto que están desvalorizadas porque la estructura nunca llegó a ellas. La matriz de Sudamérica vincula este interior profundo con los puertos por las razones extractivas, pero nunca ha habido relación de partes.