Por Isachi Fernández
Los aires de la 12 Bienal de La Habana se sienten con fuerza en el Centro Histórico a pesar de que numerosos puntos de la ciudad acogen hasta el próximo 22 de junio propuestas sugerentes, muchas en la periferia como en el ultramarino barrio de Casablanca, y en el de Romerillo, en el oeste.
En la zona más antigua de La Habana, donde está enclavado el Centro Wifredo Lam, gestor de la bienal, se disfrutó ya de la performance Tercer paraíso, de Michelangelo Pistoletto, uno de los representantes más sobresalientes del arte povera (arte pobre), denominado así por la manera en que incorpora materiales de la vida cotidiana y hasta desechos humanos, y por su distanciamiento, a través de la crítica, de las sociedades de consumo.
Pistoletto, cuyas obras se hallan marcadas por un aliento contestatario, se presentó este sábado frente a la Catedral de La Habana junto a estudiantes cubanos de la Escuela Nacional de Arte y de escuelas elementales de música, y el domingo la Iglesia de Paula acogió su performance Thirteen less two con la participación especial del Conjunto de Música Antigua Ars Longa.
En otro de los espacios abiertos emblemáticos de La Habana, la Plaza de Armas, pernoctó el artista indio Nikhil Chopra, quien con indumentaria femenina se encerró durante 60 horas en una garita, en clara alusión a los estilos de vida que atentan contra las libertades de las mujeres.
Muy cerca, en la galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, el cubano Antonio Eligio Fernández (Tonel) sugiere su muestra Comercio, y se presenta además una exposición conjunta en la cual intervienen Eduardo Tomás Basualdo, Sofía Bothlingk, Alicia Villareal y Shilpa Gupta.
Factoría Habana, espacio consagrado al arte contemporáneo, exhibe desde el pasado viernes una tríada de propuestas de creadores cubanos: Entropía, de René Francisco Rodríguez; The mission, de Rocío García; y Deconstrucción del horizonte, de Carlos Montes de Oca.
Frente, en la Casa Víctor Hugo, se emplaza el proyecto Tres mares-Trois mers, que incluye exposiciones, conferencias, conciertos, videos y talleres de creación, un programa concebido por la asociación Cuba Cooperación Francia-Comité de Ardeche.
Por otra parte, el grabado se apropia de la Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez con la muestra colectiva Lo uno y lo múltiple, con curaduría de Onedys Calvo y Susana García Pino, y en los alrededores del Taller de Gráfica de La Habana se desplazó el viernes un vehículo con una pequeña prensa, desde donde los creadores Adrián Martínez, Uriel Barragán y Fabricio Melchor interactuaron con la comunidad.
Una de las iniciativas más novedosas y abarcadoras dialoga con el Malecón habanero y bajo la curaduría de Juan Delgado y la asesoría de Elvia Rosa Castro, presenta obras de más de 40 artistas de Alemania, España, Estados Unidos, Irlanda, Colombia, Panamá, Noruega, Marruecos, México, Bolivia y República Dominicana.
Siguiendo hasta la Avenida del Puerto, justo en el Almacén de la Madera y el Tabaco el renombrado pintor cubano Arturo Montoto expone el resultado del curso impartido por él durante dos años en su taller en Guanabacoa, y su coterráneo Ángel Ramírez deja su huella en el Hotel Palacio de San Felipe y Santiago de Bejucal, en la calle Oficios.
En tanto, este domingo se presentó en el Teatro Martí, el libro de fotografía cubana contemporánea La luz de los ojos de Cuba, de Madelaine Plonsker, durante una ceremonia en la que intervino el pianista Frank Fernández y bailarines de la Escuela Nacional de Ballet.
En plazas y calles, el artista argentino Adrián Villar Rojas dejará micromodificaciones, a partir de la obra Un constructor sudamericano, que incluye 50 nidos de hornero, el ave nacional de su país, y su coterránea Dolores Cáceres propuso este viernes la obra No vendo nada frente al hotel Marqués de Prado Ameno.
Se trata de una avalancha que atrae las miradas y conmina al transeúnte, inabarcable esta riada en un solo trabajo periodístico, y para hoy en la noche se esperan las conocidas pinturas del cubano Manuel Mendive sobre cuerpos humanos en una performance que partirá del Anfiteatro de La Habana y llegará hasta la Catedral, y para el viernes el ejercicio creativo de Esterio Segura en torno a la arquitectura industrial, específicamente en la antigua termoeléctrica de Tallapiedra.