Por Isachi Fernández
El Dr. Eusebio Leal presentó durante la Feria Internacional del Libro Cuba 2015 dos volúmenes que directa o indirectamente se hallan relacionados con la figura de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes: la compilación de los textos que bajo su firma fueron publicados en la sección Apostillas, de la revista católica Palabra Nueva, y las Memorias del Encuentro Internacional Presencia de Fray Bartolomé de Las Casas, cita celebrada a partir del aula que lleva el nombre del religioso nacido en Sevilla y que se hizo viable a partir del sacerdote cubano.
Ante la presencia de Fray Manuel Uña, vicario de los dominicos en Cuba; de la historiadora Olga Portuondo, una de los dos intelectuales a que está dedicada la feria literaria; y del sacerdote Lester Rafael Zayas, director del Centro Fray Bartolomé de Las Casas, Leal presentó a quien fuera vicario de La Habana como un hombre y un intelectual íntegro, cuya muerte, en 2014, significa una gran ausencia para la sociedad cubana.
Obras. Apostillas. 1992-1997 compendia los trabajos periodísticos de quien fuera una de las máximas figuras de la Iglesia Católica en Cuba y descendiente de una ilustre familia asociada a las luchas independentistas de la Isla. Abarca temas variados que dan fe de la amplitud de miras del intelectual al que Leal llamaba “el padre-mambí”.
Con este volumen se completa una trilogía que llevó a Ediciones Boloña el pasado año a publicar Con sangre y desde el ruedo, compilación de ensayos, artículos, homilías y conferencias fechadas entre 1964 y 1997, y Las sutiles convergencias, con poemas y cuentos.
El segundo libro, al igual que Obras. Apostillas. 1992-1997, una coedición del Centro Fray Bartolomé de Las Casas y Ediciones Boloña, incluye las conferencias, intervenciones y debates del encuentro internacional que a raíz del aniversario 280 de la fundación de la Universidad de La Habana por los frailes dominicos, tuvo lugar en el Aula Fray Bartolomé de Las Casas, del Convento de San Juan de Letrán de la Orden de Predicadores, en 2008.
Leal subrayó la tradición culta de la orden fundadora de la Universidad de La Habana en 1728, poseedora de un cuerpo impresionantes de pensadores, de filósofos, de teólogos, de exégetas de las escrituras, de hombres importantísimos para Cuba.
A propósito del legado de Mons. Carlos Manuel de Céspedes, dijo: “ no cabe ni en las obras completas que se han publicado, ni en las apostillas que presentamos hoy. El valía mucho más y quizás estuvo llamado a un gran destino. Si al Padre Ángel Gaztelu le perjudicó su buen tipo (…), a Carlos Manuel le perjudicó para ser un gran prelado de la Iglesia, su nombre. Era demasiado cubano, demasiado comprometido, demasiado afirmativo de la voluntad de prevalecer de Cuba (…) Hay cosas que hizo Carlos por Cuba que yo sé que nunca podré decir, hay discusiones que tuvo, que nunca revelaré, hay peticiones que le fueron concedidas que nunca revelaré, hay abrazos que le fueron dados en público que muchos le criticaron, pero nunca dejó de ser ni cubano, ni sacerdote, ni tampoco un Céspedes”.