Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
16 de Febrero de 2015
“Si las damas de Mazaguer y Emilito fueron mujeres que enriquecieron con su obra y sus acciones a Cuba en el primer tercio del siglo XX y precursoras de logros fundamentales ulteriores, las damiselas de Nancy y Mirta son todas contribuyentes destacadas al desarrollo de nuestra cultura nacional en la segunda mitad del siglo XX y lo que va del actual”.
Así afirmó el poeta Rolando López del Amo en la presentación del volumen Damas de Social. Intelectuales cubanas en la revista Social, de Nancy Alonso y Mirta Yáñez, que, editado por Boloña, se presentó en la Calle de Madera dentro del programa de la XXIV Feria Internacional del Libro La Habana-2015.
El también periodista y profesor universitario señaló que “este álbum de apuntes es un excelente ensayo histórico sobre aquellos años de nuestra incipiente República y la contribución femenina a nuestra nación en el orden cultural”. (…) Su lectura nos proporciona una recuperación de la memoria histórica de Cuba, más allá del aporte femenino, aunque parte de él”.
En este título aparecen representadas 28 damas, cada una con su retrato y una breve ficha biobibliográfica junto a una selección de algo escrito por ellas y publicado en Social. A su vez, las autoras buscaron igual número de damiselas contemporáneas para que escribieran lo que se les ocurriera acerca de una de las damas seleccionadas.
Explicó que “los lectores encontrarán entre las damiselas a una madre y a su hija, a profesoras y alumnas; de modo que el término de damiselas no nos lleve a creer que se trata de adolescentes, pero sí son todas destacadas y valiosas intelectuales cubanas”.
Más adelante, reconoció el loable quehacer de Boloña, “que acostumbra a entregar los libros de alta calidad; no podía ser este una excepción. Su diseño e impresión, la calidad de las ilustraciones a color, los índices de colaboradoras femeninas de la revista Social, de ilustraciones de Social y un índice onomástico, confirman la fama de la editorial”.
Vitalina Alfonso, editora del libro, destacó su valor académico. Se trata de “una demostración palpable y fidedigna de la deslumbrante e insospechada participación intelectual femenina, a lo largo de la trayectoria de vida de la revista Social”. Toda la edición, dijo, fue un arduo y, al mismo tiempo, hermoso trabajo de mesa en el cual el puntillismo y las obsesiones de las antólogas fue determinante, a lo cual se sumó el talento de la diseñadora Themis Ojeda.
Mirta Yáñez, una de las autoras, afirmó que el título “hay que agradecerlo sobre todo a Nancy, que fue quien descubrió Social, y a su tenacidad en encontrar el dato perdido, en llevarlo todo hasta sus últimos detalles. Las láminas todas las buscó en la revista”.
En tanto, Nancy Alonso manifestó que “el libro fue muy soñado y hecho con mucho amor por parte de los que participamos en este proyecto”. A su vez, dio las gracias a todas las damiselas que colaboraron con su realización, y, de manera especial, a Raida Mara Suárez; a dos caballeros a la antigua -Emilio Roig de Leuchsenring y Conrado Mazaguer-, que no se cansaron de escribir sobre las mujeres, y a otro caballero más actual, Pedro Juan Rodríguez1, siempre defensor de las justas causas.
La revista Social, dirigida por Conrado Mazaguer, se publicó mensualmente desde enero de 1916 hasta 1938 con una interrupción de dos años, de 1933 a 1935. Roig fue su redactor jefe.
1Pedro Juan Rodríguez dirigió la Editorial Boloña durante 18 años.