La academia nacional de canto del Teatro Lírico de Cuba trabaja hoy por resucitar la pasión por la zarzuela que antaño hizo de este país una plaza fuerte de dicho género, destaca PL.
«Este es un país muy zarzuelero. Cuba es el único en América Latina donde se componen zarzuelas», afirmó al diario Granma el director de dicha institución, Roberto Chorens.
Por eso sus planes inmediatos apuntan a que siga creciendo la presencia y actividad del Lírico, como llaman sencillamente aquí a la compañía responsable de varios clásicos de la escena musical.
De entrada, este año comenzó con un concierto en la Basílica Menor de San Francisco de Asís.
Ese recital se propuso cultivar el género Leider abend, con renombrados intérpretes locales, como las sopranos Johana Simón, Alioska Rodríguez y Milagros de los Ángeles, los tenores Bryan López y Roger Quintana y el barítono Eleomar Cueto. «Sin embargo, vamos a seguir con nuestro repertorio. En marzo se va a hacer Cecilia Valdés en el teatro Martí, donde se estrenó por vez primera en 1939», adelantó Chorens.
Otros clásicos internacionales que regresarán a las marquesinas del teatro América, feudo del musical en Cuba, serán La verbena de la paloma y La corte del faraón.
En junio pondrán La Traviata, en el teatro Bertolt Bretch, donde el Lírico representó La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, con gran afluencia de público, sobre todo infantil.
La representación de hitos del pentagrama iberoaméricano puede combinarse con zarzuelas imprescindibles de autores cubanos, como Ernesto Lecuona, Moisés Simons y Luis Casas Romero.
A su vez, Chorens confirmó que el maestro Leo Brouwer los invitó a formar parte de su nuevo proyecto, ser el festival vocal Les voix humaine, del 25 de septiembre al 18 de octubre.
En dicho evento, el Lírico quiere celebrar el centenario de Frank Sinatra, mundialmente conocido como «La Voz», y el 220 aniversario del nacimiento del compositor alemán Georg Friedrich Andel.
«Esperemos que para ese momento vuelva a estar en funcionamiento el Gran Teatro de La Habana», comentó Chorens, en alusión al mítico escenario, inmerso en una reparación que parece no acabar.
Recién galardonado con el Premio Nacional de Enseñanza Artística, este organista de profesión reivindicó su vocación pedagógica, y en su actual cargo siente como si hubiera vuelto a la raíz de la música: el canto.
«Estar en el lugar donde la voz es lo que domina todo, me parece que es situarse en un lugar donde nació todo», afirmó