Tomado del sitio web Habana Radio
Por Yoel Lugones Vázquez
Fotos: Nadia Herrada Hidalgo
Lirismo en movimiento; sensualidad propia de una bailarina; delicadeza de cada gesto y otras tantas lecturas pueden ser absorbidas por quien disfrute de “Danza interior”, exposición de Osvaldo García que reverencia el mundo del ballet, y particularmente la figura de Alicia Alonso.
Inaugurada en la Casa de la Obra Pía, del Centro Histórico habanero, la muestra invita a la degustación más plena, visual y espiritualmente, por traducir a la pintura instantes únicos del arte danzario; momentos que perfectamente disfrutamos en escena pero que ahora se nos devuelven en colorido, en inquietud, en sortilegio de la verdad artística.
Bailarinas que surgen del óleo como si estuvieran en plena acción dancística invaden cada obra con una minuciosidad rigurosa. Así emergen del viento, de la vegetación, de la luna… Ellas convertidas en cisnes, trasmutadas en otra persona, pero mujeres de carne y hueso que entregan toda su gracia.
Lo etéreo, lo inatrapable, ese instante fugaz que nunca se repite en un gesto, en una acción, es lo que ha logrado asir el artista en su propuesta. Y es que – como expresa el crítico Toni Piñera en las palabras del catálogo de la muestra – “pintar la danza es algo semejante a alcanzar el firmamento con un ancho lente que va dirigido, esta vez, piel adentro del ser humano. Porque lo que vemos en la escena no se puede alcanzar a simple vista, porque se baila con el corazón y el alma, que dejan estelas a su paso. Eso es lo que recoge Osvaldo García en su actual muestra «Danza interior»: jirones del espíritu, alientos de un ser transformado para nosotros en algo irreal que transita el espacio en busca de un lugar extraño, cercano a la dimensión de lo oculto, de aquello que sabemos existe y no podemos atrapar”.
La idea de acercarse a la danza a través de la pintura, según nos confesara Osvaldo, surge a partir del cumpleaños 92 de Alicia Alonso y de su admiración hacia una artista cuya vitalidad ha estado más que presente a lo largo de su vida; además el tema del ballet le atrae por la línea que posee la bailarina y que adopta en sus posiciones: “Eso me fascina, porque mi trazo es muy sinuoso, juega con los recovecos y siempre está en movimiento, portador de fuerza y vitalidad, y todo eso tiene mucho que ver con el baile”.
Osvaldo García
Algo que caracteriza a “Danza interior” es el colorido. A García le interesaba, sobre todo, prestigiar la obra de Alicia y por eso no quiso tocar, trabajar con los grises ni temas demasiado gráficos como dibujante que es: “Quería hacer algo más festivo, más elegante. Pero en un futuro tengo pensado hacer cosas más abstractas porque mi figuración parte del ser humano, buscando lo abstracto y viceversa. Es un viajar en la forma que me caracteriza. Incluso, el jugar con otras visiones, con lecturas que yo no me propuse, que las personas vean formas, figuras diferentes a las que quise plasmar; jugar con el movimiento, es algo que me interesa mucho”.
Precisamente, esta temática será retomada en futuras muestras de Osvaldo García, un artista que ha quedado subyugado por el “espíritu de la danza”.