Palacio del Segundo Cabo: un puente intercultural en La Habana

«Tiene que ser lo totalmente distinto. Este es el mejor legado que podemos hacer al equilibrio del discurso historiográfico global. Esta Isla ha tenido el privilegio particular de que siempre la cultura ha sido el centro, y la cultura vista en su sentido universal. Eso es lo que vamos a llevar al centro de interpretación cultural del Palacio del Segundo Cabo».

 

Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana

[Primer taller de conceptualización, La Habana, abril 2010]

 

El Palacio del Segundo Cabo, enclavado en el lado norte de la Plaza de Armas, en la calle O’Reilly número 4 entre la Avenida del Puerto y Tacón, es un exponente emblemático de aliento barroco en la arquitectura civil de Cuba, obra del ingeniero cubano Antonio Fernández de Trevejos y Zaldívar. Fue edificado en las últimas décadas del siglo XVIII, como parte del proyecto de mejoramiento urbano del entorno de la Plaza de Armas.

El edificio fue concebido como la Administración General de Correos de la Isla de Cuba, lo cual hizo de La Habana el centro para toda la comunicación postal entre Europa y las colonias iberoamericanas. Posteriormente otros usos le fueron asignados: sucesivamente  albergó las oficinas de Inspector General del Segundo Cabo, la sede del Senado, el Tribunal Supremo, las Academias de Historia, de la Lengua, de Artes y Letras, el Consejo Nacional de Cultura y, finalmente, el Instituto Cubano del Libro.

 

Rescate patrimonial y desarrollo cultural

El rescate del palacio constituye la primera acción en Cuba financiada por la Unión Europea mediante el sub-programa “Acceso a la cultura local, protección y promoción de la diversidad cultural”, cuyos objetivos prevén mejorar el acceso de las poblaciones de los países en desarrollo a la cultura  extranjera y local; promover el diálogo intercultural y fomentar todas las formas de expresión dentro del respeto de la diversidad cultural, de la igualdad entre mujeres y hombres, así como de la religión y la etnicidad; y preservar el patrimonio cultural amenazado a corto plazo.

Desde el inicio, la restauración del inmueble se ha proyectado en función de su futuro uso cultural en el marco del proyecto Rescate patrimonial y desarrollo cultural en La Habana, iniciativa de cooperación internacional desarrollada por la Oficina del Historiador de la Ciudad conjuntamente con la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Unión Europea (UE), a través de su Delegación en Cuba.

Obra civil: preservación del patrimonio en peligro

La estrategia de intervención adoptada en el Palacio del Segundo Cabo fue aligerar el régimen de cargas del inmueble, además de restaurar la herrería y los componentes de carpintería, limpiar las fachadas y reconstruir los balcones deteriorados, así como los techos, paredes y pisos de las salas.

Sucesivos transformaciones, cambios de uso y la prolongada ausencia de mantenimiento, colocaron al Palacio en una seria condición de deterioro y riesgo estructural. Al inicio de la restauración el edificio presentaba importantes agrietamientos en los muros y arcadas, sobrecarga del sistema portante a consecuencia de un régimen de uso inadecuado y de la existencia de numerosas subdivisiones interiores y un nivel añadido en la cubierta, vegetación parásita, murciélagos y otras patologías de origen biológico, así como afectaciones producto de la humedad y la cercanía al mar.

Como se trata de un edificio de alto valor histórico y patrimonial, con Grado de Protección I, la estrategia de intervención adoptada ha sido liberar al Palacio de subdivisiones y elementos añadidos, buscando recuperar en lo posible sus espacios originales, típicos del barroco habanero. A partir de los estudios realizados para el diagnóstico estructural y geotécnico, se determinó la pertinencia de aligerar el régimen de cargas del inmueble. Con este fin se sustituyeron las estructuras horizontales preexistentes que se encontraban en mal estado, incluyendo la cubierta que alcanzaba espesores de relleno de hasta 60 cm. La nueva estructura de viguetas de hormigón y bovedillas de poliestireno expandido actúa además como anillo de cierre de los muros de la edificación. La grieta crítica fue intervenida con morteros especiales de restauración y láminas horizontales de fibra de carbono, para impedir el avance de la lesión, que se seguirá monitoreando durante un año.

 Se ha trabajado además en la restauración de la herrería y los componentes de carpintería, la sustitución de las redes técnicas por las nuevas soluciones de infraestructura, la limpieza de las fachadas y la reconstrucción de los balcones deteriorados, así como en los techos, paredes y pisos de las salas. La obra civil acaba de concluirse, y ahora el Palacio se dispone para la implementación de la nueva museografía.

La obra civil acaba de concluirse, y ahora el Palacio se dispone para la implementación de la nueva museografía

Trabajo en equipo: una experiencia singular

Este proyecto innovador desde su concepción integra dos dimensiones: el rescate del patrimonio y el desarrollo cultural. En él ha intervenido un equipo multidisciplinario de inversionistas, proyectistas, investigadores de contenidos culturales y museológicos, comunicadores, arquitectos, especialistas en sistemas tecnológicos y diseñadores gráficos e industriales, en una dinámica de trabajo conjunto y comunicación constante.

Desde sus inicios el proceso de rehabilitación ha sido asumido desde una perspectiva multi-capa que vincula los aspectos constructivos, culturales, tecnológicos y de gestión. Esto ha determinado que el proyecto se enriquezca continuamente sobre la marcha con aportes significativos de las tres partes [UNESCO/UE/OHCH], asumiendo alcances muy superiores a los planteamientos iniciales.

En tal sentido, resulta una experiencia pionera muy positiva para el contexto local, sobre el desarrollo de proyectos integradores en el sector del patrimonio, y específicamente para la incorporación de nuevos usos museológicos y culturales en edificios patrimoniales.

En él ha intervenido un equipo multidisciplinario de inversionistas, proyectistas, investigadores de contenidos culturales y museológicos, comunicadores, arquitectos, especialistas en sistemas tecnológicos y diseñadores gráficos e industriales, en una dinámica de trabajo conjunto y comunicación constante.

Dos culturas, un centro de confluencia y una idea

El Palacio del Segundo Cabo, como centro para la interpretación de las relaciones culturales Cuba-Europa, abordará desde una perspectiva simbólica el intercambio entre ambas latitudes. En esa dirección, presentará los aportes europeos a nuestra cultura y las contribuciones cubanas a la cultura europea y universal desde múltiples manifestaciones del saber, mediante exposiciones permanentes, muestras transitorias, conferencias y otras actividades.

El centro enfatizará algunas de las resultantes materiales e intelectuales de este diálogo cultural ―de ese toma y daca señalado por el etnólogo cubano Fernando Ortiz―, desde el siglo XVI hasta el 2009. Este intercambio simbólico entre Cuba y Europa, proceso en el cual sus partes integrantes experimentaron transformaciones en sus realidades y contribuyeron a enriquecer los horizontes de expectativas de una y otra, es el pretexto de acción sobre el cual estructurar una proyección museal y cultural que incentive el respeto a la diversidad cultural; que reconozca la versatilidad de nuestras raíces; y que entienda el devenir de la historia como el constante encuentro, negociación, enfrentamiento y reubicación entre culturas. Un espacio que mire al pasado desde el presente, y que consciente de que el presente de hoy es el pasado de mañana, se proyecte hacia el futuro.

Un centro vivo y activo, atrayente e irradiador 

Es sumamente pretencioso asumir que la futura institución aborde el fenómeno en su totalidad, pero se abrirá en el Centro Histórico como el sitio idóneo para estudiar estas relaciones, y constantemente abordar desde propuestas culturales (artes visuales, muestras museológicas, cine, video, artes escénicas, conferencias, talleres, coloquios y otras acciones) ese riquísimo diapasón de posibilidades que se abren en este perfil temático. Asimismo, será el espacio central para recibir proyectos disímiles del patrimonio artístico e intelectual de esa región,  así como el escenario fundamental para las diversas jornadas culturales de cada una de las naciones del continente europeo que se celebran en nuestra ciudad. Pretende ser un centro generador de proyectos e investigaciones sobre este vasto tema, y un espacio al cual los espectadores puedan acceder para conocer más sobre estas relaciones desde diferentes opciones de comunicación: exposiciones permanentes, transitorias, ciclo de conferencias y usos de la mediateca, entre otras. Su programación se plantea como una metodología en continuo dinamismo, insertada en las directrices trazadas por la Dirección de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador, y en sinergia con eventos de relieve (Bienal de La Habana, jornadas fotográficas, talleres internacionales de antropología social, festivales de danza y de música, etc.) que darán cabida al espacio europeo en Cuba, y viceversa.

El Palacio del Segundo Cabo se plantea como un centro activo y abierto a múltiples manifestaciones del saber, en el cual, tanto la propuesta de exposición permanente como el trabajo sociocultural y demás servicios, estarán dirigidos a un público general, sin discriminaciones etarias, profesionales, étnicas, raciales o de género. Asimismo, favorecerá la participación de grupos vulnerables como niños, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad.

El Palacio del Segundo Cabo, como centro para la interpretación del diálogo cultural Cuba – Europa, tendrá las siguientes salas: Monográfica del edificio, El imaginario del Nuevo Mundo, La línea del tiempo, Las crónicas de viajeros, el Gabinete, La cartografía, La arquitectura y el urbanismo, la ambientación de época, El Libro y La música y la danza.

Espacios de exhibición permanente: una curaduría de riesgo

Varias aristas complejizan la propuesta museológica.  Su intención es diseñar un espacio para generar comunicación y para poner en valor las contribuciones de una cultura a la otra; una puesta en escena que permita ubicar en los mapas cognitivos procesos culturales cuya continuidad desde la llegada de Colón hasta fechas recientes evidencian la retroalimentación que los ha caracterizado. En esta dirección, el mayor desafío que se asume, es la conceptualización de una relación intensa y prolongada histórica y geográficamente, para decidir los capitales simbólicos que representarán esta relación. Otro sería delinear una museografía participativa, que asuma a los espectadores como sujetos activos, y que plantee los elementos de comunicación para un fácil acceso de todos.

La museografía propuesta se aleja de los elementos expositivos tradicionales, e implementa recursos lúdicos y sugerentes, atmósferas envolventes y estructuras móviles que favorecen la participación y de ellas la motivación por conocer más del tema en cuestión. En ese sentido, las nuevas tecnologías se emplearán como herramienta para facilitar el acercamiento de los visitantes a los contenidos culturales que se pretende dar a conocer, incluyendo testimonios de cronistas y viajeros, libros y personalidades influyentes en el pensamiento social y científico de una época, las matrices modélicas que delinearon la imagen de la ciudad, el ejercicio de la cartografía para desplazarse a través de los mares o la comprensión del viaje, del ir y venir cruzando el Atlántico, como una confluencia de experiencias de vida que atraviesa las relaciones entre Cuba y el Viejo Continente.

El diseño museográfico combina estímulos sensoriales con la exposición de piezas físicas de carácter no patrimonial, favoreciendo la interacción del público con los contenidos de cada sala. La sensación de proximidad permitirá la transmisión de información subjetiva y, al mismo tiempo, llevar el rol pedagógico de ejemplificarles a los visitantes cómo han sido las conversaciones de Cuba con Europa, y viceversa. Las exposiciones no están orientadas a explicar exhaustivamente quinientos años de procesos socioculturales, sino a suscitar emociones que estimulen el conocimiento mediante una experiencia racional-sensitiva, en que cada visitante construya su propia interpretación del hecho cultural.

El Palacio del Segundo Cabo, como centro para la interpretación del diálogo cultural Cuba – Europa, tendrá las siguientes salas: Monográfica del edificio, El imaginario del Nuevo Mundo, La línea del tiempo, Las crónicas de viajeros, el Gabinete, La cartografía, La arquitectura y el urbanismo, la ambientación de época, El Libro y La música y la danza. Contará además con salas transitorias, un salón polivalente para conferencias, cine, teatro, música y danza, una mediateca especializada en temas de investigación y patrimonio, talleres para niños y adolescentes, y espacios para apreciar la magnificencia arquitectónica del edificio, como el salón de protocolo y el gran salón.

En Este proyecto ha intervenido un equipo multidisciplinario

Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana: Dirección de Cooperación Internacional, Dirección de Inversiones, Dirección de Patrimonio Cultural, Dirección de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo, Dirección de Informática y Comunicaciones, Empresa Constructora Puerto de Carenas, Habana Radio, Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos y Plan Maestro

Unión Europea, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Ayuntamiento de Barcelona/ Museo de la Historia de Barcelona (MUHBA); Fundación Tecnalia Research and Innovation/ Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo y Embajada del Reino de los Países Bajos/ Gobierno de Holanda.

También han intervenido otros colaboradores, artistas y el equipo de NEXODISEÑO, encargado de la museografía e identidad visual.

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