Emilio Roig de Leuchsering, "más allá de la muerte y del olvido"

Para mantener viva la memoria de ese hombre incansable que fue Emilio Roig de Leuchsering, un día antes del aniversario 125 de su natalicio, se reunieron el pasado viernes 22 de agosto, museólogos, historiadores, intelectuales y amigos, junto al continuador de su obra, el Doctor Eusebio Leal Spengler, actual Historiador de la Ciudad. Como cada año el sitio escogido para este encuentro fue el Palacio de Lombillo, sede de la oficina del primer Historiador de la Ciudad, un sitio que, como lo calificara Leal, es parte de la historia de La Habana “en gran medida por las cosas que pasaron aquí, y el hecho de que cada uno de estos espacios de la planta baja y de este pedazo de entresuelo están ligados a su memoria y a su obra”.

Durante el acto Leal recordó a Roig evocando momentos de su vida y rasgos de su personalidad y su carácter: “Fue abogado pero amó el periodismo, el cual cultivó religiosamente hasta el final de su vida; orador de tribuna, convencido de que la palabra era movilizadora, útil, capaz de conmover piedras, pero que había que dejar impreso y en la estampa el pensamiento, por eso el sistema de publicaciones de la Oficina del Historiador; libre pensador con toda la fuerza de la palabra, quien creyó que el mal de males de Cuba era el injerencismo de una potencia extranjera en su destino; antimperialista convencido, de un sentimiento nacionalista y liberador”.

Asimismo resaltó su capacidad de darse cuenta de la importancia de crear y fortalecer las instituciones para combatir la pérdida de la memoria histórica, social y cultural de los pueblos, “una necesidad para una ciudad desafiada por una modernidad que comenzaba a acercarse al corazón de lo que fue su punto fundacional y a demoler edificios emblemáticos o a poner en entredicho el valor monumental de otros. De de ahí su empeño por la Declaración de Monumento Nacional para el conjunto de la Plaza de la Catedral, su batalla para preservar la Iglesia de Paula, para fundar el Museo de la Ciudad de la Habana y sobre todo la Oficina del Historiador de la Ciudad”.

La ocasión fue también aprovechada para dejar inaugurada la muestra Emilio Roig de Leuchsering “eterno y paradigmático” Historiador de La Habana, en una de las galerías del Palacio de Lombillo. La exposición agrupa imágenes que forman parte del fondo de la Fototeca Histórica y documentos y demás objetos que provienen del Archivo Histórico y la Biblioteca Histórica Cubana y Americana Francisco González del Valle, fundada por el propio Roig. “En la exposición que han preparado amorosamente los compañeros de nuestro archivo, depositarios de todos los papeles de Emilio, de las fotografías que yo un día recibí de María, verán cosas interesantísimas y hermosas. Verán de nuestra biblioteca los libros con sus dedicatorias, desde la muy bella, sencilla pero profunda dedicatoria de Julio Antonio Mella a Emilito, como le llamaron hasta el final de su vida, y van a ver en esas fotos de la época al niño, a la familia, las cartas familiares.

Antes de finalizar, Leal instó a las nuevas generaciones a que disfruten de la labor que se lleva a cabo a diario en el Centro Histórico, “que guarden, aprendan, enseñen a los niños desde pequeños a interesarse por la historia de su país y de la humanidad, que sepan ser justos y generosos como Roig quiso ser y por eso ha prevalecido más allá de la muerte y del olvido”.


 

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