Tomado del sitio web Habana Radio
Con el tradicional cañonazo de las nueve de la noche, volvieron a encenderse, este fin de semana, las luces del Anfiteatro del Centro Histórico de La Habana (ACH), perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad, para regalar un espectáculo de lujo: “El Fantasma de la Ópera”.
La historia cargada de amor, terror y tragedia de Erick, el Fantasma, un ser apasionado por la música, con una deformidad en su rostro, el cual lo obliga a vivir en las penumbras de los sótanos del Teatro Ópera de Garnier (Paris); de Christine Daaé, cantante de origen danés, relegada a un segundo plano en la compañía, y a quien Erick ama y por ello brindará la oportunidad de dar a conocer su fabulosa voz; y de Raoul de Chagny, joven parisino, novio de Christine, que está dispuesto a enfrentarse al “monstruo” – como denominan al Fantasma la sociedad “ordenada” del París de finales del siglo XIX –, llega a La Habana, con una exquisita puesta en escena dirigida por Alfonso Menéndez.
“Con este musical abrimos hace ocho años, en 2006, una serie de espectáculos que ininterrumpidamente ha subido a escena al Anfiteatro de Centro Histórico, como «El Jorobado de Notre Dame», «Cats» y «El Rey León», por solo citar algunos. Cuando estrenamos «El fantasma», en aquella ocasión, fue una representación muy pobre, a manera de concierto, e incluso, no contábamos con todos los temas originales que integran la partitura de Webber. La puesta que hoy ofrecemos sí consta con la partitura original y los textos en español que transcribe la empresa que representa mundialmente «El Fantasma de la Ópera»”, declaró a Habana Radio Alfonso Menéndez.
Dos elencos, en los roles protagónicos, conforman la representación que cada sábado y domingo, podrá ser disfrutada en el legendario Anfiteatro llamado también de la Avenida del Puerto, por estar enclavado en los predios de la entrada de la bahía habanera. El sábado encarna a Erick, “el Fantasma”, José Luis Pérez (actor y cantante barítono); Christine es interpretado por Marla Pileta (soprano ligera); Raoul, Rigoberto López (tenor ligero). Por su parte el domingo, los aficionados al musical disfrutarán de las actuaciones de Andrés Sánchez (tenor); Maylú Hernández (soprano) y Rogelio Rivas (barítono), en igual orden de personajes antes mencionados. Vale destacar el debut de jóvenes-talentos como Claudia A. Betancourt, en el papel de Carlota; Leysa García, en la Megg; Agustín Rodríguez como Fermín; Richard Suárez como André; y Vanessa Suri como Clown. Resaltar además, el Cuerpo de Baile de la Compañía del Anfiteatro, compuesto por jóvenes aficionados, que con una altísima calidad profesional, llevan el peso fundamental de las coreografías, aunque, en momentos de la obra, comparten escena con el Ballet de la Televisión Cubana, bajo la dirección de Caridad Martínez (Caruca) y el Ballet de Bertha Casañas.
Las orquestaciones corrieron a cargo de Helio Ávila y Carlos López Montaña; los arreglos corales fueron de Liagne Reyna, Directora del Coro del Instituto Cubano de Radio y Televisión, agrupación que colaboró en la confección de la banda sonora.
Engalanan, además, el espectáculo, el vestuario y sombrerería, diseñados especialmente por Eduardo Arrocha, Premio Nacional de Diseño, Abrahán, y el propio Menéndez; así como la escenografía, utilería y atrezo, elaborados para la ocasión.
La novela del francés Gastón Leroux, vio la luz a principios del siglo XX, y luego, en 1925, fue llevada al cine – entonces silente – protagonizada por Lon Chaney (el Hombre de las Mil Caras). Otras versiones cinematográficas han sido realizadas desde entonces hasta nuestros días. Pero fue en 1986, cuando “El Fantasma de la Ópera” traspasa las hojas de los libros y rollos de celuloides, para llegar a la escena del teatro musical, de la mano de Andrew Lloyd Webber, compositor británico quien, junto a Charles Hart y Richard Stilgoe, lo convirtieron en el musical más exitoso de todos los tiempos.
Sin lugar a dudas, “El Fantasma de la Ópera”, en el Anfiteatro de Centro Histórico de La Habana, arrancó con gran éxito: un público que colmó las más de mil doscientas capacidades del recinto – en cada función – y que ovacionó en todo momento cada tema, cada coreografía, cada interpretación. Con esta puesta en escena, el Maestro Alfonso Menéndez celebra sus primeros 30 años de vida artística – recordemos que su debut fue en 1984 con la Vedette de Cuba Rosa Fornés, con la que trabajo durante 3 lustros.
Enhorabuena el regreso de este Fantasma, que desde ya, y hasta finales de diciembre, deambula por los vetustos muros y sótanos de este recinto habanero, porque también esta puesta festeja los 495 años de esta ciudad, otrora Villa de San Cristóbal de la Habana.