Por 14 años consecutivos, la Oficina del Historiador de la Ciudad hace a los habaneros y visitantes una espléndida invitación estival: aproximarse en familia, desde las Rutas y Andares, al conocimiento de La Habana colonial, fundada en 1519
Tomado del sitio web Granma
Por: Mireya Castañeda |
Por 14 años consecutivos, la Oficina del Historiador de la Ciudad hace a los habaneros y visitantes una espléndida invitación estival: aproximarse en familia, desde las Rutas y Andares, al conocimiento de La Habana colonial, fundada en 1519.
Al decir de Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, “Rutas y Andares deviene momento singular de llegar al corazón del Centro Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982” y redescubrir los secretos de la zona más antigua de la capital cubana.
Interior de la Casa Guayasamín.
Ahora se trata de “verla” con nuevos ojos. Los de la familia habanera, que aprovecha las vacaciones de verano de los pequeños para adentrarlos, y muchas veces adentrarse, en las bellezas del espacio que habitan.
Para los meses de julio y agosto, la 14ª edición del programa —según informó Lilibeth Bermúdez, especialista de la Oficina del Historiador en conferencia de prensa en la Casa de África— hará hincapié especial en las ciencias, y retoma el lema que presidió este año las celebraciones por el Día Internacional de los Museos: Las colecciones crean conexiones.
También vuelven las llamadas Rutas especiales, en el Centro Hispanoamericano de Cultura, Factoría Habana, Convento de San Francisco de Asís y Quinta de los Molinos.
En la Casa de los Árabes.
Lugares que en sí mismos, como el Centro Hispanoamericano, imprescindibles de apreciar, pues su sede es un majestuoso y emblemático palacio ubicado en el malecón habanero conocido como Casa de las Cariátides, por las singulares columnas, rostros femeninos en lugar de capiteles, del balcón de su fachada principal.
Todos estos programas nacen desde el Palacio de los Capitanes Generales, ubicado en la hermosa Plaza de Armas. Allí se congregan las familias, que tendrán un encuentro diferente con su Habana, y entre sí.
Rutas y Andares propone a las familias vencer determinadas etapas participativas. Para el primer lugar, como cada año, está previsto un encuentro con el doctor Leal Spengler, más un concierto en el recién restaurado Teatro Martí.
El programa, del 8 de julio y hasta el 28 de agosto, sugiere nuevas lecturas a la ciudad y formas novedosas de acercarse a los museos, esta vez con visitas a los que se conectan a partir de una temática en común.
La 14ª edición hace hincapié especial en las ciencias y la etnografía, aunque la Ruta de la Ciencia siempre ha tenido mucha aceptación, y en esta ocasión orientará las visitas hacia las antiguas farmacias Sarrá (Museo de la Farmacia Habanera), Taquechel y Johnson, trilogía de establecimientos del siglo XIX en la calle Obispo, todas restauradas; la Casa Alejandro de Humboldt; el Planetarium y el Museo Nacional de Historia Natural.
Entre los artículos que distinguen a la Farmacia Taquechel, sobresalen las cremas de algas y productos derivados del cartílago de tiburón.
Por ejemplo, la Farmacia Taquechel, fundada por el eminente farmacéutico Francisco Taquechel en 1898, ganó prestigio en su época por la calidad de sus productos y los razonables precios. La actual, devenida tienda y museo, mantiene su estantería típica, y exhibe pomos de porcelana francesa del siglo XIX y algunos ejemplares del XVIII, además de útiles de farmacias de la época y libros que acopiaban las recetas. Para seguir la línea de la excelencia que la marcó desde sus inicios, ofrece una amplia gama de remedios naturales, medicinas homeopáticas, cosméticos, suplementos dietéticos y otros productos cubanos.
Subraya la ruta científica la estancia en el Planetarium de La Habana, inaugurado el 21 de diciembre de 2009, en el inmueble del antiguo cine Habana, en la Plaza Vieja. En su construcción participaron varias instituciones, entre ellas la propia Oficina del Historiador de La Habana y el Gobierno de Japón. Quienes lo recorren pueden imaginar los 13 700 millones de años del universo, a partir de su nacimiento con el llamado big bang, acontecimiento que se representa con una espectacular multimedia.
Le sigue el Museo Nacional de Historia Natural, ubicado en la Plaza de Armas, en la calle Obispo esquina a Oficios. Rodeado por importantes edificaciones como el Palacio de los Capitanes Generales, el Templete y el Palacio del Segundo Cabo.
Sus exhibiciones giran en torno a diversos temas, y de especial importancia las exhibiciones que tratan la historia, la geo-grafía y la biología marina y terrestre de Cuba.
Con la interconexión deseada, se llega al Museo Alejandro de Humboldt, dedicado a la biología. Lleva el nombre del insigne naturalista alemán (1769-1859) y está instalado en una casa colonial en Oficios 254, en la Plaza de San Francisco de Asís, próxima a la mansión que el sabio alemán frecuentara durante su estancia en La Habana a comienzos del siglo XIX.
El otro acápite destacado para estas Rutas y Andares son los museos etnográficos, que lleva a los participantes por las diferentes culturas representadas en sus colecciones.
Por ese entorno hay visitas a la Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez, con sede en una antigua casona restaurada en la Calle de la Obra Pía e inaugurada en 1988. La Casa acoge una Sala Permanente con una muestra de cerámica mexicana y una pequeña exposición de arte prehispánico.
A unos pasos, en la calle Mercaderes, está la Casa Museo Simón Bolívar que abrió sus puertas el 24 de julio de 1993, aniversario del natalicio del Libertador. Tiene por sede un antiguo palacio construido entre 1806 y 1817 que tuvo entre sus principales moradores a los marqueses de Aguas Claras y condes de Villanueva, quienes lo venden a Santiago Burnham, natural de Estados Unidos. Un detalle curioso es el rosetón existente al final del zaguán, en lo alto, con las iniciales SB, del propietario Santiago Burnham, que coinciden con la del nuevo centro.
Esta Ruta lleva impostergablemente a la Casa Museo Oswaldo Guayasamín, en la calle de la Obra Pía número 111. Se trata nada menos que del antiguo estudio habanero del gran pintor ecuatoriano. Se inauguró el 18 de enero de 1992, por empeño del propio pintor y de la Oficina del Historiador.
La restauración devolvió su esplendor a la casona erigida en el siglo XVIII, perteneciente a la familia Peñalver, y en el proceso se encontraron pinturas murales, cuya riqueza arqueológica constituye un tesoro de la arquitectura colonial cubana.
La Casa Guayasamín posee tres salas de exposición permanente donde se exhiben objetos personales y obras originales donadas a la nación cubana por el Pintor de Iberoamérica.
Los misterios del oriente en La Habana colonial puede descubrirlos en la Casa de Asia, muy apropiadamente abierta en la calle Mercaderes, un importante eje comercial de la antigua ciudad, al que se integraron los inmigrantes de origen asiático. El edificio que la acoge tiene el linaje de haber sido construido en 1668. Allí puede apreciar algunos de los símbolos de una cultura milenaria: pequeños el Diente de Buda, exquisitas figuras en jade, preciosa piedra con su aureola de buena suerte, o la armonía y el equilibrio avizorados desde las piezas de la ceremonia del té.
Le sigue un recorrido por la Casa de África, localizada en una gran edificación que fuera a fines del siglo XIX almacén de tabaco y centro comercial. Más de 2 000 piezas componen su exposición permanente. La muestra comprende la historia de la emigración africana como mano de obra esclava hacia el Nuevo Mundo.
Desde 1983 fue abierta la Casa de los Árabes, ubicada en una antigua construcción de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Su principal objetivo ha sido divulgar los valores del mundo árabe a partir de sus costumbres, tradiciones, arte, arquitectura y el estudio de la presencia árabe en Cuba, desde los primeros contactos que propició la colonización española, y posteriormente el movimiento migratorio que se produjo entre el siglo XIX y XX.
Su biblioteca, Ibn Jaldun, posee importantes colecciones de temas árabes e islámicos, especialmente ediciones de crónicas históricas del siglo XIX, ensayos sobre el Islam y textos de historia y arte árabe e islamita contemporáneo. No lo dude, vaya en busca de las maravillas de La Habana que le propicia Rutas y Andares. Siempre hay algo mágico por descubrir, por conocer, en el centro colonial.