Los Salones de Arte en Cuba. Memorias del segundo encuentro de la Ruta Especial en Factoría Habana

Por Yudinela Ortega, especialista de Factoría Habana

Una Ruta Especial dedicada a los historiadores del arte en Cuba ha llamado particularmente la atención del público asiduo a Rutas y Andares y ha incitado la participación de nuevos ruteros; y es que la Ruta Especial de Factoría Habanase ha convertido en una de las propuestas más seductoras de la presente edición. Para constatarlo, basta acercarse cada martes en la tarde, a O´Reilly 308 y descubrir que en Factoría Habana no hay espacio para el silencio, se escucha el murmullo de los asistentes, las preguntas atinadas y pese al calor de nuestros meses veraniegos, se respira un ambiente inquieto y una avidez por conocer. Todas estas emociones estuvieron presentes este martes 15 de julio, cuando se convocaba el diálogo acerca de los Salones de Arte en Cuba, del fenómeno del salonismo y del impacto de un evento de gran convocatoria como han sido los Salones de Arte Cubano Contemporáneo, organizados desde 1995 por el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales.

Para la ocasión, la Dra. Luz Merino Acosta, profesora del Departamento de Historia del Arte,   acompañó a los asistentes y con la dulzura y locuacidad que la distinguen, invitó al descubrimiento del papel que han jugado históricamente los Salones de Arte, por ser espacios de legitimación, de irreverencia, de consensos… Fueron presentados varios números de la revista Revolución y Cultura entre los que figuraron temas referentes a la labor de la prensa escrita como eje regenerador de reflexiones sobre el acontecer de las artes plásticas y la cultura en cada época. Una posterior peregrinación hacia el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales así como una amena presentación de los diferentes momentos de los Salones de Arte Cubano Contemporáneo por parte de las especialistas, mostró al público algunas de las acciones que se desarrollan en este 6to Salón, atípico dentro de la lógica acostumbrada. Fue admirable la asistencia de nuestros ruteros hasta el final,quienes mantuvieron su atención y la perpetua inquietud por el conocimiento durante más de 3 horas. El reto de un tema de tan particular naturaleza, manejado casi siempre desde en un marco especializado, fue desacralizado y compartido con un público heterogéneo que ha devenido principal fuente de inspiración de programas tan nobles como el de Rutas y Andares.

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