Una ojeada a la Plazuela de San Juan de Dios

Tomado del sitio web Habana Patrimonial

Por Isachi Fernández

Una ojeada a la Plazuela de San Juan de Dios

Entre los atractivos del programa veraniego Rutas y Andares para Descubrir en Familia este año aparecen los recorridos por las plazuelas del Centro Histórico de La Habana durante el mes de julio, que se iniciaron el pasado día 10 en la Plazuela de Albear, encabezada por el monumento en honor al ingeniero Francisco de Albear y Lara, artífice del acueducto que hoy lleva su nombre.

Ese ciclo de itinerarios cerrará el venidero día 31 con un andar por la Plazuela de San Juan de Dios (entre la calle homónima, Empedrado, Habana y Aguiar), sitio sobre el que esta reportera  dialogó con la arquitecta Clara Susana Fernández, del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad:

- Realizamos planeamientos de distintas zonas del Centro Histórico. Asumimos los ejes principales de la ciudad, a veces por solicitud del Departamento de Inversiones, y otras porque sabemos hacia dónde está abocado el desarrollo. El planeamiento urbano es un estudio detallado del territorio desde el punto de vista demográfico, morfológico, social, arquitectónico y urbanístico. Por una solicitud del Departamento Inversiones, se hizo la investigación de San Juan de Dios.  Su parque es de los pocos que existen en el corazón del Centro Histórico.

¿Cuál es la historia del sitio?

A fines del siglo XVI a la zona de San Juan de Dios la llamaban “la pequeña ciénaga”, por las características del terreno. Allí se edificó el hospital San Felipe el Real o San Felipe Santiago acorde al monarca que regía en España en esos momentos. El centro hospitalario, destinado a gente muy pobre, se caracterizó por su hediondez, y por consecuencia, por sus malos olores. Eso está reflejado en la novela Cecilia Valdés o La loma del Ángel, de Cirilo Villaverde.

El hospital se fundó a finales del siglo XVI, y después, en 1602, le dio nombre al barrio que lo circundaba. Más tarde, quedó bautizado como San Juan de Dios a partir del otorgamiento de la administración a la orden homónima, lo que provocó incluso que toda la zona fuera llamada de tal forma.

En la década de 1870 se demolió el sanatorio junto con la iglesia anexa porque hubo un derrumbe parcial. Ya existían otros hospitales con mejores condiciones en el resto de la ciudad. Quedó una explanada que con el tiempo se fue transformando hasta convertirse en un parque urbano.

En 1908 se le incorporó en su centro el monumento a Miguel de Cervantes. Desde entonces se le denominó Parque de Cervantes, pero la gente sigue conociéndolo como Parque de San Juan de Dios.

Con el paso de los años, el parque ha sido muy transformado y actualmente perduran más las áreas verdes, descuidadas, que el pavimento. Es refugio de alcohólicos, de personas muy vulnerables.

Nuestro objetivo es dinamizar ese espacio y eliminar la marginalidad que lo circunda. Queremos que los niños puedan jugar en el parque, que sean públicos los parqueos que están en los alrededores, y que el alumbrado contribuya a la seguridad ciudadana.

En Empedrado ya están surgiendo emprendedores porque es un paso obligado de turistas. En el desarrollo tradicional de ese eje sobresalen instituciones gastronómicas y culturales reconocidas internacionalmente como el restaurante La Bodeguita del Medio y la Fundación Alejo Carpentier, así como galerías, a las que deben sumarse otras entidades en las parcelas disponibles para contribuir con la sustentabilidad del proyecto urbano.

Pero es necesario organizarse para que todo esto no agreda al patrimonio. Claro, si hubiera un proyecto social de importancia, facilitaría el desarrollo local.

Nuestra propuesta abarca mejoras en el fondo habitacional. Alrededor del parque hay alturas disímiles. El perfil predominante es de tres plantas, pero se construyeron también edificios altos de filiación moderna que desbalancearon el perfil urbano. Entonces, descartamos hacer edificios altos, pero algunos pueden subir algo y crear un fondo habitacional que permita ir eliminando las ciudadelas.

Sugerimos, asimismo, la concepción de un hostal en la parte ruinosa de la esquina de San Juan de Dios y Aguiar donde está la fachada más antigua que se mantiene en el perímetro del parque. Estaría vinculado a las artes y las letras en concordancia con la imagen de Cervantes, que preside el sitio. A partir de las nuevas aperturas y proyectos, proponemos que haya un mayor aporte del emprendimiento local con las contribuciones de los arrendamientos.

¿Qué esperanza alberga?

La esperanza se sostiene en el reclamo de la ciudad por su rehabilitación. La descentralización económica será uno de los puntos de arranques para que empiecen a desarrollarse los territorios. Hay que otorgarle más peso a los emprendedores privados sobre la recuperación de la ciudad, y los espacios públicos en particular, que también mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.

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