Dos aproximaciones cubanas a la huella napoleónica

Tomado del sitio web Habana Radio

Por Yoel Lugones Vázquez

Múltiples son los acercamientos tanto a la vida y trayectoria de Napoleón como a la influencia que tuvo, luego de su deceso, esta figura histórica en los anales del mundo. Y más cuando sabemos que existe en nuestra capital un Museo Napoleónico que persigue reflejar y velar por esa irradiación hacia la Isla que tuvo la figura del famoso Emperador.

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Sin dudas, el Museo Napoleónico, reconocido en el mundo como un caudal de reliquias patrimoniales vinculadas al gran estratega militar, es un centro no solo para el conocimiento sino para incentivar y mantener, a través de las nuevas generaciones, esa riqueza historiográfica que posee. El 12 Encuentro Internacional de la Sociedad Napoleónica, que se desarrolla por estos días, trae a colación este tema con varios estudios que se han realizado para demostrar la necesidad de que este lugar de bien público sea también una entidad docente de la Universidad de La Habana.

Doctora Leonor Amaro Cano

 

Este fue el tema desarrollado por la Doctora Leonor Amaro Cano, Profesora Titular de esta Casa de Altos Estudios, la cual hizo un recorrido por la relación entre institución museable y centro docente.

Desde la década del 80 del siglo pasado, expresó la académica, hay un acercamiento entre el Museo Napoleónico y varias facultades de la Universidad de La Habana para realizar en esta institución actividades docentes, que comprendieron desde clases prácticas hasta actividades de carácter científico, búsquedas, indagaciones que se hacen con profesores, con investigadores del Museo.

“En la década del 90, hubo un cambio, una intención mayor y fue lograr convenios entre la Universidad y los Museos, no solo el Napoleónico, para llegar a un cambio en la docencia, para que esta fuera más activa, más abierta, más relacionada. Eso fue interrumpido pero hoy creo que se plantea como una necesidad para la docencia una nueva relación entre los Museos y la Universidad, que debe ser mejor diseñada con un plan más concreto, más dado a relacionar asignaturas o grupos de trabajo con el museo, y por la cercanía que tiene el Napoleónico pudiera ser el que iniciara una reconsideración de esta actividad que en todas partes del mundo se hace y que Cuba ha tenido éxito en ese sentido, pero que hay que continuarla” apuntó.
Sin dudas, como bien afirma la catedrática, este evento es un punto de partida: “Creo que nosotros debemos hacer planes que puedan ser ejecutados por parte, para poder llegar a un encuentro como este con mayores resultados desde Cuba y sobre todo desde el estudiantado cubano. Creo que debemos trabajar en el hecho de que se realice un evento y los estudiantes de diversas disciplinas puedan participar en citas parecidas a esta, no solo los especialistas. Así aportamos más estudios sobre la influencia de Napoleón en la historia que sabemos fue muy grande”.

Resultó para muchos sorprendente conocer que existe, fuera de La Habana, un centro que atesora otra colección importante relacionada con Napoleón. Ernesto Álvarez Blanco, Historiador de Cárdenas, durante su intervención en el 12 Encuentro Internacional de la Sociedad Napoleónica, expuso todo lo que se atesora en el Museo Oscar María Rojas, ubicado en esa localidad matancera; segundo museo fundado en Cuba, en 1900.

Ernesto Álvarez Blanco, Historiador de Cárdenas

 

Cuánto nos falta por aprender de nuestro patrimonio; cuánta falta por descubrir de nuestra propia historia. Álvarez Blanco permitió, con su exposición, validar cierta zona prácticamente desconocida o poco conocida del decursar de nuestra Isla, pues a veces nos centramos demasiado en hechos y lugares harto estudiados. El especialista expuso un trabajo sobre Juan Bautista Leclerc, el primer director cubano de San Alejandro, cardenense además, y sobre todo un gran coleccionista napoleónico; un hombre que fue condiscípulo de Juan Bautista Vermay, el autor de las pinturas que se encuentran en el Templete, lugar fundacional de La Habana.

Este hombre trajo a Cárdenas, a partir de unos sucesos que ocurrieron en Francia – el robo de unas medallas del gabinete del rey en París, en 1831 –, algunas de estas piezas después de haberlas comprado, y las llevó al cafetal Magnolia, donde él había nacido. Deja también allí una de las mascarillas mortuorias que hizo Antonmarchi, médico de cabecera de Napoleón, y un busto del Emperador. “Este es el origen de la actual colección del Museo”, afirmó el Historiador.

Pero también existen otras piezas – fundamentó Álvarez Blanco –, que a lo largo del tiempo se han sumado al centro: “Hay un fragmento de la loza que cubrió los restos de Napoleón en Santa Elena, cuya procedencia desconocemos. Está también una colección de medallas, monedas, documentos vinculados con el periodo napoleónico. Hay un cuadro que se llama “Ejército Napoleónico” de Rafael Lillo, un conocido pintor español radicado en La Habana. Podemos encontrar también un anónimo de un cuadro del Emperador, cuando es expulsado de Francia por los ingleses, así como dos esculturas de autores desconocidos. Una de ellas fue donada por el Doctor Domingo Méndez Capote, padre de René Méndez Capote, la cubanita que nació con el siglo”.

Museo Oscar María Rojas

 

El Museo Oscar María Rojas se completa con objetos de artes decorativas y otras piezas vinculadas al periodo napoleónico, así como una colección de numismática francesa.
Como afirmara el Historiador de Cárdenas, existe en Matanzas todo un mito vinculado a Napoleón, pues otras obras relacionadas con este gran estratega militar se encuentran dispersas por otros centros de la provincia como el Museo de Arte de Matanzas, el Museo Farmacéutico y en colecciones privadas, además de que descendientes napoleónicos vinieron a Cuba y se asentaron en nuestra región a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

os aproximaciones a la realidad cubana, dos visiones que nos permitieron a los participantes de este 12 Encuentro Internacional de la Sociedad Napoleónica, reafirmar que sin un pasado histórico no existiría ni nuestro presente ni se podría construir un futuro. Los nexos entre Napoleón y Cuba están, como se ha expresado en más de una ocasión. Los descubrimos en cada una de las intervenciones que por la parte cubana se han realizado en este evento que aún promete develarnos nuevos misterios sobre la vida y trayectoria del Gran Corso francés.

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