El municipio de La Habana Vieja tiene 4,37 km de extensión y en él residen casi ochenta mil habitantes. Es un área vital para la capital cubana. Cálculos conservadores estiman que solo este territorio genera entre 20 mil y 30 mil toneladas de desechos sólidos al año. Gestionar toda esa basura es un desafío enorme.
La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), cuyos predios ocupan una parte de La Habana Vieja y del colindante municipio de Centro Habana, ha decidido tomar cartas en el asunto y ha retomado una experiencia con la cual busca devolver el brillo al llamado «kilómetro de oro» y sus alrededores.«La Brigada de Higiene de la Oficina, fundada por el Historiador Eusebio Leal Spengler, fue un sistema único e innovador», explicó Perla Rosales Aguirreurreta, directora general adjunta de la OHCH, al Programa Cultural.
«La integraban vecinos, mayormente amas de casas y jubilados que, en su momento, respondieron al llamado de Leal. Ellos estaban necesitados de un empleo que les permitiera mantenerse en el barrio, cerca
de casa, para no tener que abandonar sus labores domésticas. El horario de trabajo también era flexible, sobre todo teniendo en cuenta que muchos eran personas de la tercera edad. Para ellos se destinó un presupuesto anual que permitía garantizarles uniformes, medios de seguridad y protección, así como el equipamiento adecuado para realizar sus labores de limpieza. Contaban además con un refuerzo alimentario que se sumaba al salario que recibían. Encontrarlos bien temprano en las mañanas y saludarlos se convirtió en un hábito familiar, y hasta podíamos identificar el tramo que correspondía a cada persona», aseguró Rosales.
