Por Isachi Fernández
La Vitrina de Valonia, institución que en el Centro Histórico de La Habana promueve la historieta como una de sus líneas de trabajo fundamentales, celebra las cinco décadas del popular personaje argentino Mafalda, encarnación de los ideales progresistas que vivieron su esplendor en los años sesenta del siglo pasado.
Con una exposición que reproduce algunas de las apariciones de Mafalda en medios de prensa y un taller con alumnos de la escuela primaria Ángela Landa, el centro cultural habanero recuerda a Mafalda y sus amigos, creaciones del humorista gráfico Quino (Joaquín Salvador Lavado).
El popular personaje vio la luz por primera vez en el suplemento humorístico Gregorio de la revista Leoplán, en septiembre de 1964. Tras un éxito rotundo en su país, apareció en 1969 en un álbum editado por Umberto Eco en Italia. Asimismo, Quino la utilizó en campañas a favor de la niñez y la educación.
Las tiras cómicas fueron traducidas a 27 idiomas, recopiladas sobre todo por editoriales argentinas, españolas y mexicanas, y el personaje fue llevado a la animación.
El cineasta cubano Juan Padrón, que ya había dirigido la serie Quinoscopio entre 1985 y 1987, dirigió en 1994 una serie de 104 cortometrajes de Mafalda, con el apoyo de varias productoras españolas. Esta serie fue luego adapatada para un largometraje.
Para Quino es triste que las preocupaciones de Mafalda mantengan vigencia, y el escritor argentino Julio Cortázar afirmó: “No tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí”.
Esa niña sensible y contestataria, ícono de la irreverencia política en los últimos 50 años, le valió a su creador el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.