Distinguidos amigos,
Hoy es un día excepcional para nosotros. Nuestra Oficina, seriamente comprometida con los propósitos del Segundo Encuentro de Jóvenes Pianistas sintió, desde el primer instante, la importancia de fomentar, seria y constantemente, el fortalecimiento de la vanguardia cultural que el culto a la música de conciertos supone.
Me interesa razonar sobre el ideal de música buena, independientemente de su origen, y borrar la división entre lo llamado culto y popular, que en el fondo no deja de ser una apreciación reductora de la cultura.
Afirmo el concepto de vanguardia para apartar resueltamente la idea de que se trata de una élite. El más noble y heredado propósito de la cultura cubana fue, es, y será que dicha vanguardia ilumine y consolide la participación mayoritaria en expresiones superiores que, a lo largo de sucesivas generaciones, caracterizaron a la intelectualidad cubana
Así, reciba en nuestro nombre, el apoyo de nuestra institución al respetado y reconocido maestro cubano Salomón Gadles Mikowsky, quien en la ciudad de New York ha fomentado —a lo largo de los años— el ferviente anhelo de que jóvenes cubanos puedan debutar y lucirse en las principales salas de conciertos a nivel mundial.
Su obra, Ignacio Cervantes y la danza en Cuba, distribuida en el primer Encuentro, fue una de sus aportaciones como académico a la enseñanza de la música cubana para que fuera apreciada internacionalmente. En esta ocasión se presenta, bajo el mismo sello de Ediciones Boloña, un estudio sobre el legado pedagógico del propio Mikowsky, este maestro de generaciones, acompañado de un hermoso exordio de ese otro gran maestro que es Leo Brouwer.
Fundado hace 130 años, el Teatro Martí ha sido enteramente restaurado como contribución al patrimonio cultural de la nación y de la Humanidad. Agradecemos al maestro Mikowsky que haya completado ese enorme esfuerzo restaurador, donando el piano que hoy ustedes, por primera vez escucharán, como también hizo con idéntica generosidad para la sala de conciertos en el Paseo del Prado, que lleva precisamente el nombre del laureado músico cubano Ignacio Cervantes.
Que estas breves palabras no concluyan, sin antes agradecer al Ministro de Cultura, que generosamente dispuso que la Orquesta Sinfónica Nacional nos acompañase este día, bajo la prestigiosa dirección del maestro Enrique Pérez Mesa, nuestro amigo, al que debe la Oficina, la ciudad y Cuba, su admirable consagración al arte musical
Agradecemos muy especialmente a todos los que han contribuido a que esto sea posible. Saludamos la presencia esta noche de una representación del honorable cuerpo diplomático, de numerosos artistas y personalidades de la cultura. A todos ellos, como al público asistente a este Segundo Encuentro Internacional de Jóvenes Pianistas, llegue nuestra sincera y perenne gratitud.
Palabras de Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, con motivo de la inauguración del II Encuentro de Jóvenes Pianistas, leidas por la musicóloga Miriam Escudero, coordinadora general del evento.